Toca desempolvar volantes, volver a los lunares y desenredar flecos.
Ya seas de Mairena del Alcor, de Huelva o de Jaén, este año tiene un color especial. Vuelven las ferias y romerías a Andalucía. Las echábamos de menos, sí, pero los empresarios del sector de la moda flamenca, aún más.
Tras dos años de paralización del sector, diversas son las soluciones en las que trabajan las principales Asociaciones de la Moda Flamenca de Andalucía con el fin de dejar atrás la crisis económica más grave de su historia.
2020 y 2021 han sido años clave para analizar la estructura de este segmento del sector de la moda que, para empezar, cuenta con una falta absoluta de reconocimiento como actividad económica por parte de la CNAE. No existe código para una actividad que genera en torno a 24 millones de euros anuales, lo cual deriva en una de las principales consecuencias negativas que sufren: el desconocimiento de su impacto económico. Pablo Retamero, presidente de la asociación más numerosa de la moda flamenca, Lunar Off, manifiesta que “el último contacto que mantuvieron con la Consejería de Economía de la Junta de Andalucía para abordar este asunto fue en octubre de 2020.”
A través de estudios internos y extraoficiales de miembros del propio sector, han calculado que en torno a 300 son las empresas que actualmente componen este segmento empresarial, generando cada una de ellas una media de 80.000 euros al año. Y estos datos son solo para una actividad económica que se desarrolla de manera estacional y donde el grueso de sus ingresos está concentrado en los meses previos a la Romería del Rocío y la Feria de Abril de Sevilla.
LA UNIÓN HACE LA FUERZA
Ante este escenario, la moda flamenca en Andalucía se pone a trabajar de la mano de sus asociaciones. Mof&Art y Qlamenco visualizan el futuro en la unión del asociacionismo. Pedro González, presidente de Qlamenco, defiende que aunar intereses y dar visibilidad con el fin de conseguir mejoras para el sector, es la clave.
El objetivo es crear una federación que les permita reivindicar a una sola voz, pero con más fuerza, las demandas de la moda flamenca.
A día de hoy, esta iniciativa se encuentra en stand by con vistas a ser retomadas tras la Feria de Abril, una vez haya disminuido el volumen de trabajo. “Salvar la temporada es lo principal”. Así nos lo traslada Pilar Vera, presidenta de Mof&Art, pionera en el tejido asociativo de la moda flamenca y firme defensora de los derechos del empresario y creador de moda y artesanía flamenca.
LA INCANSABLE BATALLA DE LA MODA FLAMENCA
Sin duda alguna, la mayor exigencia a la que tienen que hacer frente es a la reactivación del calendario de ferias y romerías. Hemos comenzado un 2022 con una economía nacional situada en el Everest de la inflación, con una subida de precios histórica en el sector de la moda y hasta hace unos días, con una huelga de transporte que ha afectado a la cadena de suministros de muchas firmas condicionando la elaboración de sus diseños en plena temporada flamenca.
Sumado a todo lo anterior, Retamero hace hincapié en “priorizar la necesidad de sanar la inmortal economía sumergida” que persigue a este sector desde sus inicios, denunciando que, “el corto margen de beneficio, un tejido empresarial compuesto fundamentalmente por autónomos y la estacionalidad, son los factores que no permiten erradicar esta crítica situación.”
“Si la industria de la moda aplica de media un 2.5% al coste de producción para fijar el precio final del producto, en la moda flamenca, el excesivo volumen de tejidos y materiales utilizados y el número de horas de trabajo requeridas en la confección de un vestido, hacen imposible realizar esta aplicación dado que dispararía el precio final.” Si a ello le añadimos la estacionalidad y que la figura empresarial de este sector es el autónomo, hacen que, “prácticamente en un 60% de estas pequeñas empresas se encuentren dificultades para cumplir con las cuotas si no emplean el resto de meses del año en hacer otro tipo de moda, lo que provoca un mix de información económica y financiera imposible de disgregar”, reclama el presidente de Qlamenco, concluyendo que, “la necesidad más primaria que tiene que cubrir la moda flamenca en estos momentos es profesionalizar el sector.”
Por su parte, Lunar Off suma a todas las reivindicaciones anteriores, “una reforma fiscal y laboral acompañadas de una legislación específica para el gremio equiparada a la presente en Valencia para los artesanos del traje de fallera con bonificaciones a los seguros sociales de los trabajadores que permitan el funcionamiento de las empresas del sector todo el año.”
VISIBILIZAR LA CULTURA DEL TRAJE DE GITANA
MUSEO PERMANENTE
Otra de las acciones puesta en marcha por Pilar Vera y su asociación, es la de crear un museo del traje de flamenca a través del cual se dé visibilidad a la evolución de una de las señas de identidad de Andalucía.
La idea nace a partir de la exposición “La evolución del traje de flamenca” que acogió el Ayuntamiento de Sevilla en el mes de mayo del pasado 2021 con el objetivo de ayudar al sector tras la supresión de la Feria de Abril por segundo año consecutivo.
El propósito de la asociación es hacer permanente esta exposición e incluirla dentro del recorrido turístico y cultura de la ciudad.
Los diseños expuestos serán reproducciones reales de los trajes de flamenca que utilizaban las mujeres del siglo XX y lo que llevamos de siglo XXI, creados a partir de fotografías antiguas. También se incorporarán los vestidos utilizados en la anterior exposición.
PATRIMONIO INMATERIAL DE LA HUMANIDAD
Por su parte, Qlamenco sigue trabajando con la Consejería de Cultura para que el traje de flamenca sea calificado como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Pedro González, hace especial hincapié en diferenciar el flamenco de la moda flamenca. El traje de flamenca o de gitana, a pesar de beber de la misma raíz estética y cultural, no forma parte de la nomenclatura del flamenco como parte integrante del mismo.
