La gran oferta que tiene la Costa de la Luz, en concreto Islantilla, ¿qué es lo que su hotel puede ofrecer?
El mayor plus que tiene sobre todo es el personal con una implicación 100%, con un sentido de pertenencia grandísimo y, si de algo estamos orgullosos y felices, es el equipo humano que tenemos a todos los niveles, desde la dirección hasta cualquier punto que llegues, me da igual valet, fregador, camarero, cocinero, limpiadora, todo el mundo está implicado y todos vamos a una, porque sabemos que nos la jugamos. Somos conscientes de lo importante que es la labor de cada uno de nosotros.
Después estamos en primera línea de playa, lo que es un plus porque somos el único hotel que gestionamos nuestras propias tumbonas de playa lo que nos permite hacerles a nuestros clientes una oferta más suculenta y relacionadas con otros servicios del hotel.
Las previsiones son bárbaras. Tenemos un verano muy bueno. El verano pasado ya lo fue. Creo que desde que hemos dejado atrás el COVID, la gente está viviendo para disfrutar y creo que es la mejor lección que hemos aprendido de la pandemia, no sabemos qué es lo que viene mañana y la gente, una de las vías que tiene de disfrute es descansar, estar en un hotel, estar en la costa, disfrutar de la playa, tomarse un tiempo para encontrarse a sí mismo.
Por el tema que hablaba del personal, sabemos que hay una escuela de hostelería en Islantilla, ahora que se habla tanto del tema de la falta de personal cualificado. ¿Ustedes tienen sinergias con esta escuela?
Sí, muchísimas, de hecho, algunos estudiantes allí hacen sus prácticas en el hotel y de hecho nuestro jefe de cocina se formó en su momento en la escuela de hostelería de aquí de Islantilla. Es un punto muy importante del tema de la formación.
No nos falta personal, debido a la nueva modalidad de contratación que todos los contratos se tienen que hacer como fijos discontinuos y que no tenemos una gran rotación de personal. Al contrario, hay gente que conoce nuestro hotel y que llama a la puerta, pidiendo trabajo. Ahora mismo ya la plantilla a esas alturas ya está a 100% completa, salvo cualquier incidencia que pudiéramos tener.
Sé que hay problemas de personal, pero nosotros concreta y puntualmente no los tenemos. Nuestro personal está formado en la excelencia y además nosotros también le formamos in situ.
Llevamos controles analíticos, las instituciones están pendientes de controles también y de inspecciones. Todo nos es favorable y cada vez que surge cualquier comentario de mejora estamos encima de ello para hacerlo de manera inmediata. Aunque la gente se forme fuera, la formación en el puesto de trabajo también es muy importante y para eso pues tenemos nuestros formadores que son nuestros jefes de departamento, que no solamente son jefes como tal, sino que son formadores.
La gastronomía es una seña de identidad de Huelva, tiene una gastronomía muy rica sobre todo en productos del mar. ¿Cómo se incluye esto en su oferta?
Nosotros tenemos por ejemplo la noche andaluza, en la que la mayor parte de los productos son productos de kilómetro cero, desde la famosa gamba blanca de Huelva hasta el cazón en adobo, pasando por toda una serie de productos de aquí de la zona.
El jamón es una marca sin duda de la seña de Huelva que utilizamos en nuestros desayunos. Incluso los huevos los adquirimos de un productor cercano a tan solo cinco kilómetros. Nos esforzamos por adquirir productos locales siempre que sea posible, ya que el concepto de “kilómetro cero” se ha vuelto muy popular debido a su contribución a la sostenibilidad.
La gastronomía para nosotros es una de las cosas más importantes porque el cliente, lógicamente, quiere comer mejor que en su casa. Tenemos desde desayuno, media presión, presión completa, todo incluido. Lo que el cliente desee pagar es lo que va a tener.
Hablando de sostenibilidad, al margen de esto que plantea del kilómetro cero en el tema de la comida, ¿qué más acciones han implementado últimamente en torno a la sostenibilidad?
Prácticamente todo. Toda nuestra gestión va en torno a la sostenibilidad. Hemos puesto placas solares para intentar consumir menos energía eléctrica y reciclamos todo. Pagamos a una empresa para que se lleven todos los residuos, cartón, también se llevan el cristal, se llevan los plásticos y cualquier desecho que se produce con el mantenimiento también lo reciclamos. Todos los elementos que son desestimados del hotel porque ya no son utilizables o lo damos a una acción social, como pueden ser camas, colchones, platos…, y cada vez que cerramos temporada todo lo que queda en el hotel va a los comedores sociales.
Toda nuestra gestión va en torno a la sostenibilidad. Quitamos todas las botellas de agua de plástico. En su lugar, hemos puesto fuentes de agua filtrada y pura por todo el establecimiento, y utilizamos vasos reciclables. Todo el residuo que queda después de utilizarlo es prácticamente cero.
Son sede oficial del Festival Internacional del Cine Bajo la Luna, que es una actividad que lleva celebrándose ocho años, ¿es importante para ustedes también implicaros con la zona?
Es importante para dar su espacio a la cultura, y en este caso al festival de cine. Yo llegué en el año 2016, tocaron las puertas del hotel, dijeron que necesitaban apoyo, patrocinio, habitaciones, un lugar donde hacer el festival, y estuvimos encantados de colaborar. Es cierto que la colaboración representa eco- nómicamente un gran pellizco para el hotel, porque dejamos de ocupar un gran número de habitaciones, tanto para la gala de inauguración como para la clausura, pero de momento podemos mantenerlo y seguiremos manteniéndolo mientras sea posible.
También contáis con que la playa de Islantilla tiene todos los distintivos de calidad que se pueden tener, la bandera azul, la Q Calidad, es un apoyo y un reclamo turístico importante para la gente que se aloja en el hotel.
Efectivamente, la playa de Islantilla es interminable, porque empieza en el Terrón y acaba prácticamente en Isla Cristina, y aunque Islantilla es una zona de todo ese litoral, es maravilloso, es una playa muy grande. Cuando no tenemos nada adverso, como pueden ser temporales de invierno que nos limpian la arena, tenemos una playa magnífica, sobre todo con la marea baja, y lo más importante de esa playa es intentar mantenerla, porque de todos es conocido que hay unas corrientes marinas que nos están, digamos, erosionando la zona, y tenemos que intentar pararlo para no perder más zona de costa, sobre todo la parte de la duna, justamente frente al hotel tenemos un espacio dunar protegido que es una maravilla, que encuentras camaleones, encuentras una fauna y una flora preciosa, no hay acceso, pero puedes verlo tanto desde la playa como desde el paseo marítimo, y no queremos perder nada de playa.
Es importante que haya planes para mantener y para incluso aportar. Lógicamente hace falta el apoyo de toda la zona, desde costas, mancomunidad, los ayuntamientos, porque no hay que dudar que la playa es nuestro referente y tiene que seguir siendo el lugar prioritario para realizar la actividad turística