Ya hemos presentado desde la Universidad Loyola, junto con la Confederación de Empresarios de Andalucía, las proyecciones macroeconómicas, en este ya el XXXIII Informe Loyola Economic Outlook. Ya todo un clásico en el mundo económico empresarial. El panorama económico de Andalucía replica un comportamiento muy parecido al que se puede apreciar a nivel nacional. En específico, las estimaciones más recientes nos indican que el PIB de Andalucía crecerá de un 2,3% en 2023 (ligeramente inferior al 2,4% estimado por España), previsión más optimista que la del 1,8% indicada en el anterior número. De la misma manera, las nuevas estimaciones indican que la economía andaluza debería crecer de un 1,3% en 2024, frente al 1,8% nacional.
Pensar que crecemos una décima menos que España no es para sacarlo de contexto. Algún que otro medio de comunicación ha puesto el dedo en esta llaga. Pero es marginal. En modelos de previsión económica, un desvío de una décima no quiere decir nada. Otra cosa es el desvío previsto para 2024. Ahí si nos podemos encontrar con un problema de no convergencia con España que tanta falta nos hace. De tal modo, que a pesar de los efectos negativos de la sequía y de la todavía presente inestabilidad geopolítica en Europa del Este, la evolución de la economía andaluza parece seguir la tendencia positiva ya indicada en el anterior número del informe, debido sobre todo al alto volumen de exportaciones y al buen comportamiento del mercado laboral. Hay que vigilar desde cerca la climatología y las consecuencias directas del cambio climático que estamos experimentando, para valorar su potencial impacto futuro en los sectores más directamente interesados, como agricultura y ganadería, dos de los sectores claves para la economía andaluza.
Los datos sobre la evolución de los principales indicadores macroeconómicos de Andalucía para los próximos meses siguen en las líneas trazadas en el anterior trimestre. En cuanto al comercio exterior, los últimos datos nos indican que, entre enero y julio de 2023, Andalucía ha alcanzado un nivel de exportaciones correspondientes a un valor de 22.744 millones de euros, cifra que supone su segundo mejor registro para los siete primeros meses del año desde que existen datos homologables (1995). Sin embargo, es importante notar que la cifra actual supone una reducción del 9% en comparación con 2022, año en el que se alcanzó el mayor registro histórico. Esta bajada se debe, principalmente, a los efectos negativos de la sequía que ha afectado de manera muy seria al sector agrícola andaluz.
En cuanto al mercado laboral, las previsiones indican que el número de ocupados aumentará de alrededor un 3,2% en 2023 y de un 2,4% en 2024. En ambos casos, las estimaciones están al alza con respeto al incremento del 3,5% que se registró en 2022. En cuanto a la tasa de paro, los modelos estimados indican que el número de parados en porcentaje de la población activa debería cerrar 2023 en un 18,3%, para después bajar ligeramente al 17,8% en 2024.
En términos de la evolución de los precios de bienes y servicios, las medidas de política monetaria del Banco Central Europeo siguen pareciendo tener el efecto esperado, incluso en Andalucía, donde se registra una moderación de la inflación a corto y largo plazo. En específico, las estimaciones del XXXIII Informe LEO indican un cierre anual de la inflación de un 4,1% en 2023 (ligeramente inferior al 3,6% indicado en el anterior informe) y de un 3% en 2024.
En cualquier caso, podemos concluir que, a pesar del entorno general de ralentización europea, Andalucía sigue manteniendo el ritmo para este año pero se desinfla para el siguiente. Lo malo es que el 2023, definitivamente no será el año de transición hacia la recuperación que pensamos que tendríamos en el 2024. Y sobre todo que el paro no deja de moverse en el 18%, décima arriba, décima abajo. Y esto no debería ser aceptado.