Estamos finalizando 2023 y lo podemos clasificar como el año de la recuperación. Las cifras han sido óptimas y hemos vueltos a los parámetros anteriores a la pandemia, pero en estos años que han pasado, como malos estudiantes, hemos dejado de abordar los grandes problemas del turismo en nuestra ciudad y la provincia.
Estamos empezando a morir de éxito, no solo Sevilla sino toda Andalucía, donde el número de visitantes no para de crecer y se han abierto nuevas rutas que nos mandan ingentes cantidades de turistas (Asia, Estados Unidos…) y hemos recuperado mercados como el alemán, el italiano y el francés. Esto hace que en determinadas zonas de nuestras ciudades se dé el fenómeno del desbordamiento y saturación, expulsando de allí a los residentes.
El caso de Sevilla es paradigmático, con un centro que cobija nuestros monumentos patrimonio de la ciudad: Catedral, Archivo de Indias y Real Alcázar, y con un número de visitantes entre los tres de casi cuatro millones, acumulando el 90% de los visitantes de la ciudad, mientras que el resto de la ciudad dormita con excepciones muy singulares como determinados museos como el de Macarena y Real Maestranza; otros como el Museo de Bellas Artes están la espera de su implementación y redefinición, a pesar de ser la segunda pinacoteca más importante del país.
Esto que expongo sucede así desde hace años, pero ahora se ha exponenciando de manera alarmante pues empieza a cundir la sensación de parque temático, aunado esto con la salida del comercio tradicional y su ocupación por franquicias todas idénticas en el resto del mundo, haciendo que la globalización nos desdibuje y que perdamos nuestras señas que nos distinguen.
Idéntico en el caso de la restauración hispalense, donde entre dos grupos de disputan el 60% de las nuevas aperturas, las más señeras y notables pero con idénticas cartas y decoraciones, clones y éxitos de gestión que exportamos por toda la ciudad.
Ante todo lo expuesto se vertido mucha tinta, análisis sesudos donde la solución parece clara: diversificación, digitalización, sostenibilidad y regulación administrativa. El más acertado a mi entender es el del profesor Martínez Barea, que realizó dentro del Instituto Internacional San Telmo en su cátedra Sánchez Ramade.
Año tras año expongo esta necesidad latente a las diversas administraciones implicadas, pero por las circunstancias que sean se nos acumula el trabajo y el fenómeno de la turismofobia se acrecienta entre los sevillanos y preveo que de no atajarlo habrá algún cabreo que otro y alguna formación política lo abanderará y hará suyo.
Ante este panorama y ante la inminente llegada de Fitur, el principal escaparate del sector, deberemos aportar soluciones una vez analizado el problema ya suficientemente. Desde mi empresa, Ibersponsor, hemos desarrollado un ingente número del alternativas para hacer que esta endogamia centrípeta se diversifique y alivie la presión del centro, se aumente el número de pernoctaciones llegando a los ansiados tres días y por último que se derrame en la provincia la gracias de Dios del turismo.
Estas aportaciones de nuestra consultora se han desarrollado en formas de proyectos y se han plasmado en números y guías turísticas para la Junta de Andalucía y la Diputación de Sevilla; la temática ha sido tan diversa que ha ido desde el mundo del caballo al flamenco, recogiendo origen, palos, festivales, peñas y sobre todo una guía de compras en torno a este arte: zapatos, vestidos, mantones etc.
El flamenco es uno de los principales motivos de llegadas a la ciudad y su principal icono; hay intentos de agrupar la oferta de los distintos escenarios bajo el nombre de Tablas y que encabeza Kurt Gross y a quienes les deseamos toda la suerte.
Igualmente nos hemos zambullido en efemérides e historias y así hicimos y propusimos la ruta de los Castillos de Sevilla, un elemento que se esparce por toda la geografía de la provincia de este a oeste y que nos acerca a la frontera y al mundo rural.
Después analizamos las diversas culturas que nos han visitado e hicimos el Legado de Roma. un premiado estudio y guía que recogía en Sevilla y Provincia el testimonio de esta cultura, patrimonio, acerbo, lengua etc. Dado el éxito de esta guía, a través de Civisur estamos impulsando la candidatura de Itálica como Patrimonio de la Humanidad.
Sefarad y el legado judío fue nuestra siguiente propuesta, un descubrimiento para muchos de la presencia judía en la zona y de cómo se podía explotar como reclamo turístico su edición nos llevo a pertenecer a la Red de Judería, siendo temporalmente su máximo exponente nacional. Como anécdota se hicieron cursos de cocina sefardí y se llegaron a instaurar en los restaurantes de Sevilla menús judaicos, del que el principal impulsor fue Juan Robles y la ESH de Sevilla.
Así después siguieron guías de turismo ecuestre y guía sobre el aceite y las almazaras, guías de enoturismo que recogía la presencia de bodegas y alambiques en toda nuestra provincia, llegando a crear la Asociación de Vinos y Licores de Sevilla.
Tauromaquia, Sevilla de Cine, Sevilla y la ópera, la Sevilla Americana, Conventum o la red de monasterios y cenobios de Sevilla y provincia, Cardo Máximo… ¿Quieren más ideas? La última es la Sevilla regionalista: Aníbal González y los arquitectos que cambiaron Sevilla.
Tablada y la aeronáutica, las fábricas reales, los Jesuitas… Un sinfín y por escrito ya que sobran las ideas, lo que hay es que evaluar, presupuestar, comunicar y acometer , así, seguramente, ayudaremos a los propósitos expuestos en este artículo.
Ánimo y a trabajar, para ello estamos, y no se preocupe por hacer públicas estas ideas ya que lo importante no es tenerlas sino desarrollarlas y ponerlas al servicio de los sevillanos.