Como presidenta de la Asociación de mujeres empresarias de Granada, ¿Cómo describiría el ecosistema empresarial femenino en su provincia?
Las empresas que componen AMEGA entienden
perfectamente el significado de ecosistema empresarial, y ése es uno de los puntos en los que trabajamos diariamente desde nuestra asociación. En estos tiempos de cambio, de demandas de innovación etc., cada vez adquiere más importancia estar organizado con el fin de permitir tanto la participación como la estructuración de los ecosistemas empresariales para mantenerse al día.
Uno de los indicadores que define nuestra organización es el talento femenino; en este sentido, debo mencionar que el promedio de empresas propiedad de mujeres en Granada presenta un crecimiento anual de entre el 7-10%, demostrando un alto grado de innovación en sectores como la tecnología, la moda, la gastronomía y el turismo, y desarrollando nuevos productos y servicios para satisfacer las demandas del mercado. Granada es referente en Talento.
En cuanto a las infraestructuras, transporte y comunicaciones, marcadores básicos para valorar el ecosistema, tenemos que sufrir esa deficiencia de inversión gubernamental en infraestructuras que ha supuesto un aislamiento en las comunicaciones, por tierra, mar y aire y como resultado un freno en la competitividad nacional e internacional de las empresas granadinas. No perdemos la esperanza y los empresarios y las empresarias granadinas aunamos esfuerzos en plataformas como Granada Frenada, aportando proyectos y soluciones a esta situación que viene de largo, y queremos ser optimistas y confiar en que la situación mejore poco a poco.
La Responsabilidad Social Corporativa está presente en todas y cada una de las empresas. Cada vez con más importancia la sostenibilidad como valor y objetivo a corto plazo se implementa en los proyectos de la empresa granadina. Granada es una provincia con gran tradición solidaria y desde Amega, como asociación empresarial sin ánimo de lucro, participamos en iniciativas promovidas por diferentes entidades y ONGS para mejorar la calidad de vida de los más desfavorecidos. Nosotras promovemos cada año, diferentes eventos benéficos cuya recaudación va destinada a estas organizaciones.
El tejido empresarial granadino está bien estructurado y representado por la Confederacion Granadina de Empresarios. Amega forma parte de sus órganos ejecutivos y consultivos, así como, nuestra presencia en el Comité Ejecutivo de la Federación Andaluza de Mujeres Empresarias (FAME) que hace de Amega una entidad solvente con capacidad legal para extender una red de apoyo empresarial femenino para todo el territorio provincial y autonómico. Desde esta posición podemos acompañar, formar y asesorar a todas aquellas mujeres que buscan incubadoras, aceleradoras y programas de desarrollo para su idea de negocio convirtiéndola en una empresa granadina de éxito, con proyección nacional e internacional.
Igualmente participamos como entidad necesaria en todas las instituciones a nivel local y provincial, siendo referentes de consulta y opinión.
En la misma línea mantenemos el pulso de la actualidad social y económica que tanto influye en el resultado de nuestros negocios y nos permite planificar y tomar decisiones estratégicas para su buen funcionamiento.
La Asociación de Mujeres Empresarias y Autónomas de Granada es una agrupación multisectorial que mantiene relaciones comerciales de primer nivel, convirtiendo a cada asociada en un cliente potencial, para lo cual planificamos encuentros sectoriales que fomentan la red de confianza y promoción, ayudando a focalizar los mecanismos de creación de valor, de interés compartido, e impulsando alianzas entre nuestras empresas asociadas. Esto es bueno en el sentido de que todas somos nuestras primeras y fieles clientas.
Y a nivel personal ¿cómo ha sido su camino en el mundo empresarial?
Mi trayectoria profesional no empezó con el emprendimiento. En la mayoría de los casos, cuando te estás formando no tienes claro lo que realmente te gustaría hacer en tu vida profesional. En mi caso empecé trabajando para diferentes empresas. Eran actividades que me gustaban mucho, pero no satisfacían mis expectativas. Fue entonces, a los treinta y ocho años cuando decidí emprender y embarcarme en ese mundo tan apasionante como es la actividad a la que me dedico actualmente. Tengo que reconocer que los inicios no fueron fáciles, aunque siempre tuve claro tres cosas: la importancia de seguir formándome para mantenerme y mejorar los resultados de mi empresa, la creación y mantenimiento de empleo, y la participación en las redes empresariales a través del asociacionismo.
Usted y otras muchas mujeres son un referente para otras muchas que vendrán detrás. ¿Cree que realmente las jóvenes emprendedoras de hoy en día, tienen ya donde mirarse?
El impacto social de las acciones desarrolladas para visibilizar a las empresarias y autónomas ha puesto en el foco el valor de estas mujeres que con gran esfuerzo han mantenido sus empresas y a sus empleados durante generaciones. Estas empresarias son referentes indiscutibles y transmisoras de esfuerzo, excelencia, libertad y compromiso social, no quiero dejar de ensalzar el valor de las empresarias y autónomas rurales, ganaderas y agricultoras que durante la pandemia han contribuido a llenar nuestras neveras y siguen haciéndolo.
Desde asociaciones como AMEGA, compuesta por más de 100 mujeres con empresas ya consolidadas, que en su día fuimos emprendedoras, acercamos el conocimiento y experiencia adquirida alas empresas de nueva creación. Sí, somos referentes para aquellas emprendedoras jóvenes y no tan jóvenes que deciden tomar el camino apasionante del emprendimiento.
El mundo de la empresa ha sido tradicionalmente masculino. ¿Cómo cree que ha cambiado el panorama con la incorporación de la mujer?
La incorporación de la mujer al panorama empresarial ha sido significativa en las últimas décadas. Ha traído una mayor diversidad de perspectivas, habilidades y enfoques en la toma de decisiones, lo que ha demostrado ser beneficioso para la innovación y el crecimiento económico. Sin embargo, existen desafíos en cuanto a representación y roles de liderazgo.
¿La conciliación es posible?
Las empresarias y empresarios aplicamos las políticas de conciliación en nuestras empresas; son necesarias para el bienestar de las personas trabajadoras, buscando el equilibrio entre trabajo y vida personal.
No obstante, las empresarias y empresarios no disfrutamos de esa regulación, por lo que no es posible (aún) la conciliación en estos casos. La jornada laboral de un empresario o empresaria no termina cuando llega a casa ya que la carga mental y las responsabilidades que conlleva dirigir una empresa no entiende de calendarios ni de horarios. Conseguir que las personas empresarias y emprendedoras lleguen a tener esos derechos de conciliación es uno de los objetivos por los que trabajamos día a día desde nuestra asociación.