“Como el propio nombre indica, nos dedicamos a la instalación de puertas automáticas en hogares, comunidades de propietarios y comercios. Somos expertos en la automatización de todo tipo puertas y en los sistemas de control de accesos, además disponemos de un servicio técnico especializado para resolver averías”, explica Adriana que ha heredado el oficio de su padre que “es un referente en este sector. Desde pequeña he mostrado interés por su trabajo y me ha enseñado todo lo que sé, por lo que he crecido con la idea de montar mi propia empresa de puertas automáticas, confiaba en que podía tener muchas posibilidades de que funcionase bien y me formé para ello”.
Pero para esta joven emprendedora que cree que “Granada es mi casa y es imprescindible que mi empresa esté aquí también” no todo ha sido fácil “tuve una etapa de muchos cambios en mi vida, fui mamá y estaba trabajando por cuenta ajena. Me sentía muy limitada con la maternidad y estancada en el trabajo y aunque quizás parecía que no era el mejor momento, eso me impulsó para comenzar con esta nueva ilusión. Siempre he querido tener mi propia empresa y quise hacerlo realidad. Monté mi primer negocio cuando tenía ocho años, un quiosco de chuches en la puerta de casa, pero oficialmente Ambel ha sido el primero, no me podré comer las puertas y motores que sobren esta vez”.
Para Adriana “la mayor ventaja de emprender es la independencia, la oportunidad de tomar decisiones por mí misma, de tener autonomía. Como mamá establecer mi propio horario y la estructura de mi trabajo es muy importante para encontrar el equilibrio entre la vida laboral y la personal. Ver crecer tu empresa desde cero es una experiencia emocionante y muy gratificante, además del aprendizaje continuo. No quiero darle demasiado protagonismo a las desventajas de emprender, que también conlleva riesgos significativos, la falta de estabilidad laboral y la incertidumbre financiera provoca un alto nivel de estrés constante”.
