¿Qué podría contarnos sobre la historia y la trayectoria de la Agencia Marítima Echevarría? ¿Cuáles han sido los hitos más destacados en su desarrollo como empresa? Para comenzar, el hito más destacado quizás es la continuidad de la empresa familiar. La empresa se funda en 1928, estamos en 2024, por tanto, en poco tiempo, 2028, si todo va igual de bien, cumpliremos 100 años.
La compañía está dirigida actualmente por la tercera generación del fundador, don Manuel Echevarría Antón, que fue mi abuelo. Don Manuel se independizó como consignatario de buques, empezó a trabajar muy joven, con 13 o 14 años, en la agencia de Berenguer, que tenía una delegación en Sevilla y en Sanlúcar de Barrameda, y desde entonces, la compañía mantiene un estilo netamente familiar.
Durante estos casi 100 años ha habido muchos cambios, tanto en el tipo de mercancía como en los servicios que se han ofrecido. En los en los años treinta y cuarenta, el tipo de barco utilizado eran motoveleros, eran casi de vela, estilo de Juan Sebastián Elcano, pero con motor. Este tipo de barcos con bodega pequeña eran prácticamente de cabotaje nacional, traían mucha madera del norte, ya que existía la línea de Nueva York, donde también desde Sevilla se mandaba muchísimas aceitunas, aceite en bocolle, y todo este tipo de líneas y de servicios como consignatario se trabajaron en aquellos años.
En la década de 1950 y 1960 en la que el formato del transporte empezó a cambiar, aparecieron los pequeños contenedores de transporte, podemos denominar esta etapa como la “revolución del contenedor”, desaparecen algunas líneas nacionales de transporte de cabotaje y empiezan a introducirse ese tipo de mercancías en contenedores. Las pequeñas líneas que iban del norte al sur de España también sufren con estos avances y muchas de ellas se ven obligadas a echar el cierre. Los barcos evolucionan, aparecen los primeros bulk Carrier actuales, con bodegas con más capacidad, donde ya son netamente barcos de motor de derivados del petróleo, vemos como desaparecen el motor de carbón y los veleros, y se inicia otro tipo de negocio.
En la década de 1970 la compañía estaba dirigida por don Roberto Echevarría Reyes, que es el actual propietario, se sustentó también prácticamente con los despachos de aduana, donde se trabajaban con las líneas de contenedores, haciéndoles muchísimos despachos de aduanas, desde Sevilla a Canarias y otros destinos. Comenzamos a trabajar con cementeras locales y con la compañía Auxtramarsa, que estaba muy vinculada a Riotinto y era una empresa muy fuerte a nivel nacional.
Durante muchos años se continuó con este tipo de negocio, muchos cementeros venían a Sevilla, se descargaba el cemento a granel y se transportaba a las fábricas de Sevilla para para su venta y su distribución. También comenzamos a trabajar con las siderúrgicas locales que se asentaron en aquellos en el hinterland económico de la provincia, empezamos a tener una relación comercial muy buena y estrecha con estas empresas, para las que hemos sido durante muchos años sus consignatarios, agentes de aduana y estibadores.
Desde los años 80 somos también estibadores con grúas propias desde hace unos 20 años, y estamos muy vinculados a las empresas del sector siderúrgico. Desde 2012 nuestra actividad se basa en el apoyo a la industria siderúrgica pesada del hinterland económico de la provincia de Sevilla y Extremadura, manipulamos bobinas, corrugados de hierro, vigas de exportación y también chatarras de importación para los hornos de la fábrica. Podemos decir que actualmente esa es nuestra especialidad.
Nuestro principal cliente es la siderurgia, el Puerto de Sevilla tiene un peso muy importante en esta industria, ha concentrado un tercio del tráfico de la zona, también gracias a la exportación. Sevilla es una localización muy importante, su puerto interior facilita la carga a otras provincias de interior, como puede ser Extremadura, Córdoba, Ciudad Real, etc. En definitiva, esperamos poder ofrecer nuestros servicios muchos años más y llegar a nuestro centenario.
¿Están siendo buenos tiempos para la compañía y para el sector en general?
Ahora mismo no son buenos para el sector industrial, por el factor del coste de la energía eléctrica y por ciertas decisiones gubernamentales que están afectando a los países del norte de África que son nuestros principales destinatarios de las mercancías del sector siderúrgico.
El hinterland comercial del Puerto de Sevilla y de sus siderúrgicas españolas y extremeñas, son el embarque para Marruecos, Argelia, Túnez y estos países, pero la política de gobierno ha afectado mucho y han establecido aranceles, por lo que ha sufrido mucho la exportación de la industria a esta zona.
Esperamos que las decisiones del gobierno sean más favorecedoras, parece que hay indicios más positivos del restablecimiento de relaciones comerciales, sobre todo con Argelia, somos optimistas.
¿Podría compartir algún proyecto o colaboración destacada en la que hayan participado?
Nosotros siempre hemos ayudado mucho en el tema de los de los astilleros en Sevilla, hemos buscado como cónsules honorarios, por ejemplo, de Finlandia, para la carga de trabajo de antiguos astilleros. Teníamos y tenemos muy buena relación con los astilleros, y esperamos que siempre surjan nuevos proyectos, pero de momento estamos centrados en nuestra actividad del sector siderúrgico.
Para concluir, ¿cuáles son los planes de futuro de la compañía?
Los planes futuros siguen siendo ofrecer un trabajo muy personalizado, familiar, de mercancía muy delicada, que la tratamos muy bien, la controlamos bien, creando un buen servicio, porque maniobramos con cargas muy complejas, donde prácticamente las bodegas se cargan al milímetro y con mercancías de dimensiones bastante grandes, y podemos decir que ese es nuestro punto fuerte, el dedicarle el tiempo a la mercancía, el tiempo delicado es un trabajo de artesanía, sin prisa. Sin duda, queremos que nuestro futuro vaya en esa dirección.
