¿Cómo ha sido la gestión de Emalsa durante este año marcado por la pandemia?
Ha sido una experiencia dura, nueva. Hemos vivido una situación extraordinaria que nadie esperaba, ni para la que tampoco estábamos preparados, pero finalmente las cosas han salido bien en Emalsa.
Ya desde el principio, se declaró todo el ciclo integral del agua, que engloba los servicios que prestamos de abastecimiento de agua, saneamiento y depuración, como servicio esencial. Nuestro primer objetivo fue garantizar el suministro, pero protegiendo al mismo tiempo la salud de nuestros trabajadores, lo que resultó complicado pero fundamental para el mantenimiento del mismo.
Para ello, antes incluso de que se declarase el primer estado de alarma, pusimos en marcha un protocolo por el que cambiamos la organización de la empresa, creando grupos burbuja en todos los centros o implantado el teletrabajo con un esfuerzo tremendo, entre otras muchas medidas que nos permitieron funcionar con total normalidad, sin incidencias y garantizando el servicio sin interrupción al 100% de la población.
Lo que sí fue una buena noticia a finales del año 2020 fue la presentación por parte del ayuntamiento, junto con Emalsa, de la mayor transformación de la red hidráulica, con un plan impresionante y muy ambicioso. Me imagino que para usted será todo un hito, ¿verdad?
Totalmente. La verdad es que estamos muy contentos y esperanzados porque este plan cubrirá las necesidades presentes y futuras de inversiones y actuaciones que necesita el ciclo integral del agua en Las Palmas de Gran Canaria. Las infraestructuras tienen un periodo de vida útil y además las ciudades crecen, por lo que es imprescindible adaptarse y renovarse, para lo que son fundamentales este tipo de planes de inversión. Y también lo es que haya un gobierno municipal con la visión de futuro necesaria para anticiparse a los desafíos que plantea el cambio climático, la protección del medio ambiente o los cambios normativos.
Estamos hablando de una inversión de seiscientos sesenta millones de euros, una cantidad sustancial pero necesaria. ¿Cuáles diría que son las principales bases de este proyecto en cuanto a abastecimiento?
Existen riesgos que hay que minorar, como que la desaladora actual pueda tener algún problema como consecuencia, por ejemplo, de un vertido al mar. Para evitar esos riesgos, y dado que tenemos un único punto de suministro de agua potable (la desaladora), una de las actuaciones fundamentales es construir una segunda planta de desalación, de tal manera que se pueda abastecer a la ciudad desde cualquier de ellas por separado en caso de necesidad o bien desde ambas al mismo tiempo. Además, se extenderá el suministro de agua desalada a todo el municipio.
¿Y en cuanto al saneamiento?
Es necesario descentralizar el sistema de saneamiento y adaptarlo a unas exigencias normativas y medioambientales cada vez mayores, en aras de la sostenibilidad. Uno de los objetivos es construir otra depuradora para acabar con la criticidad que supone que todas las aguas residuales de la ciudad se traten en la actual depuradora, aliviando así un sistema que actualmente está al límite de capacidad.
Pero, además, está prevista la construcción de 18 tanques de tormenta que solucionarán los actuales problemas de inundaciones y vertidos puntuales en momentos de lluvias intensas. El objetivo en saneamiento es el vertido 0 y para eso se proyectan estaciones de bombeo, tanques de tormenta, la nueva depuradora o la renovación de kilómetros y kilómetros de redes. En total, el plan prevé la renovación o ampliación de más de más de 1.000 kilómetros de redes y colectores tanto de saneamiento como de abastecimiento.
¿Cuáles son las infraestructuras hidráulicas que le faltarían?
En cuanto a abastecimiento, estamos hablando de una nueva desaladora, 15 depósitos de almacenamiento de agua estratégicos o más de 715 kilómetros de redes de abastecimiento.
En cuanto a saneamiento, el plan plantea una nueva depuradora,17 nuevas estaciones de bombeo (a día de hoy tenemos ya 36) o 320 kilómetros de redes. En total estamos hablando de más de 100 actuaciones dentro del Plan Estratégico de Infraestructuras Hidráulicas, a desarrollar en 10 años.
Todo esto ha sido porque hay un problema con el crecimiento demográfico y urbanístico de Las Palmas. Si sigue un crecimiento demográfico en los próximos años, ¿se podrá hacer frente ya con el nuevo Plan Estratégico?
Sí, porque para la elaboración del Plan Estratégico se ha calculado todo, mediante Big Data, proyectando datos de clima, demografía, urbanismo, cartografía y datos históricos, tanto hidráulicos como de consumo e incidencia. Con estas proyecciones, y a través de modelos matemáticos de los sistemas de abastecimiento y saneamiento, se ha verificado que las soluciones propuestas funcionan y se ajustan a las necesidades actuales y futuras de la ciudad.
La actualización continua de estos datos nos permitirá también mantener al día la red hidráulica.
Una de las cosas que han tenido muy presentes es estar al lado del usuario. En diciembre presentaron el plan de modernización del ciclo del agua con nuevas tarifas, donde los abonados domésticos tendrían unos descuentos, hecho que va muy acorde a la situación que se está viviendo, ¿no cree?
Estas medidas que me comenta forman parte del Plan de Modernización del Ciclo Integral del Agua, el segundo que presentamos el año pasado, a continuación del Plan de Infraestructuras. Esta modernización busca adaptarse a las nuevas normativas y exigencias nacionales y europeas, pero también se hace cargo de la situación actual a la ciudadanía y las empresas, derivada de la pandemia. Por ello se plantea un nuevo recibo con dos objetivos: que los usuarios solo paguen por el agua que consumen, sin mínimos, y que además tenga un menor coste para quienes ahorren, mientras que por el contrario paguen más quienes más gaste y más contaminen. También se plantean bonificaciones para las empresas.
El Plan de Modernización acaba, mediante una nueva estructura tarifaria, con una injusticia histórica, que es el consumo mínimo. A partir de su aprobación, ya nadie pagará por el agua que no consume, pues el nuevo recibo suprime el mínimo y solo contempla el consumo real, adaptando además el importe del recibo al número de personas que habita en cada vivienda. Y por último diferencia entre tipos de usuarios, pues no puede pagar lo mismo un hotel o una industria que un doméstico, como ocurre ahora.
¿Cuáles son los objetivos que le gustaría cumplir en este 2021?
En primer lugar, algo que ya creo que ya estamos consiguiendo, que es mantener una relación clara y transparente con la ciudadanía y con el ayuntamiento, que es el titular del servicio, porque Emalsa es una empresa que presta un servicio público esencial.
Hay que se consolidar esa imagen real de Emalsa, ya que detrás hay un equipo que trabaja muy duro para poder prestar un servicio excelente.
Por otra parte, la puesta en marcha tanto del Plan de Infraestructuras Hidráulicas como del Plan de Modernización del Ciclo Integral del Agua, de los que acabamos de hablar, pues son claves para prestar el mejor posible al ciudadano.
ENTREVISTA
MERCEDES FERNÁNDEZ COUTO
DIRECTORA GENERAL DE EMALSA