¿Usted es de esas empresarias que nacen y no de las que se hacen? ¿Cree que estaba predestinada para ser empresaria?
Nací empresaria, y de una empresaria de pura raza, mi madre, aunque yo no lo sabía. Orienté mis estudios y mi carrera profesional por otro camino, estudié medicina y ejercí de médico y profesora, pero por circunstancias familiares tuve que empezar a colaborar en la empresa familiar. Fue así cuando descubrí mi verdadera vocación, la de ser empresaria. Yo suelo decir que ser empresaria “me pone”.
Es usted presidenta fundadora de la ‘Asociación de Mujeres Profesionales y Directivas – Foro Mujer y Sociedad’ y miembro del Comité Ejecutivo de la Federación a nivel andaluz. También, secretaria de la Junta Directiva de la Asociación de Mujeres Empresarias de la provincia de Almería y miembro tanto de la Junta Directiva de la Federación Andaluza de Mujeres Empresarias y vocal del Comité Ejecutivo y del Pleno de la Cámara de Comercio de Almería.
¿Qué es para usted el asociacionismo a nivel empresarial?
Una opción clave para crecer como empresa y como empresaria. Comenzar a participar en asociaciones empresariales de la provincia de Almería, ALMUR y ASEMPAL, para mí, supuso un antes y un después tanto a nivel profesional como personal. Cuando opté por trabajar en la empresa familiar y ser empresaria, pasado un tiempo, notaba que me faltaba algo a nivel profesional, a pesar de contar con la valiosa escuela de negocios que suponía la trayectoria de mis padres, y con el apoyo mutuo de mis hermanos. Esa sensación desapareció y se ocupó ese espacio vacío al incorporarme activamente al asociacionismo empresarial. El nivel de responsabilidad en mis tareas y cargos en las asociaciones de las que formo parte es similar, es equiparable, al que siento por mi empresa; es el mismo que el que percibo en las empresarias y los empresarios que no solo participamos, sino que trabajamos por las asociaciones empresariales, pues nos mueve el mismo compromiso de construir y mejorar la sociedad haciendo empresa.
Socialmente el empresario tiene un estigma, que no es el real; la mayoría de empresarios somos personas que ponemos todo lo que tenemos, tanto a nivel personal y como material para crear riqueza y trabajo.
Además, a muchos de nosotros nos mueve un gran sentido de Responsabilidad Social, invertimos tiempo y recursos propios participando en las organizaciones empresariales, que tienen entre sus cometidos principales conseguir que las empresarias y empresarios tengamos el reconocimiento y lugar que merecemos socialmente.
Desde hace tiempo colabora con la Cátedra de Empresa Familiar de la Universidad de Almería y con la Comisión de Empresa Familiar de la Cámara de Comercio. ¿Que transmite a estas personas acerca de lo qué es una empresa familiar?
Actualmente no participo en ninguna de las dos, fue hace ya unos años cuando colaboré con la Cátedra de Empresa Familiar de la Universidad de Almería y también cuando fui miembro de Comisión de Empresa Familiar de la Cámara de Comercio.
Creo que es muy fundamental distinguir entre ser una empresa familiar o ser la empresa de una familia. En el primer caso, se tiene un sentido claro de misión, de transmisión a las siguientes generaciones, de continuidad temporal.
La empresa familiar suele llegar de forma natural a la segunda generación, pero en el momento de la incorporación de la tercera generación, momento además en el que la empresa ya suele tener un tamaño mayor, es cuando es importante y necesario, si no se ha hecho con anterioridad, dar el paso de profesionalizar la empresa familiar y protocolizar la incorporación de miembros de la familia a la empresa, sucesiones de cargos, y por supuesto, disponer de un Protocolo Familiar.
Y, a nivel personal, ¿cómo ha sido para usted emprender en femenino?
Mi desarrollo como empresaria no partió de cero, ni en solitario. Es muy habitual que un empresario que se inicia el camino empresarial, en un significativo porcentaje carezca de experiencia, aunque tenga una formación académica previa en la que apoyarse.
Esa inseguridad inicial se acrecienta por el hecho de ser mujer, por eso es tan importante, y mi propia experiencia me lo ha demostrado, el apoyo y espejo que somos unas empresarias para otras dentro de las asociaciones empresariales femeninas, donde a veces a pesar de tener logros empresariales llegamos sintiéndonos como simples emprendedoras; y nos percatamos al conocer el tejido empresarial, de que somos verdaderas empresarias.
¿Cómo describiría el ecosistema empresarial femenino actual en su provincia y en Andalucía?
En la provincia de Almería contamos con una asociación de empresarias muy potente y con reconocido prestigio social, ALMUR, que en sus treinta años de existencia ha realizado un gran trabajo para que las empresarias de la provincia adquiramos los conocimientos necesarios para que nuestras empresas sean cada vez más profesionales y competitivas.
También desde ALMUR se ha trabajado por la igualdad de las empresarias, para que ocupemos los cargos que nos corresponden en los órganos directivos de las organizaciones empresariales provinciales, Junta Directiva de la Confederación Empresarial de la provincial de Almería, ASEMPAL, en el Pleno y Comité Ejecutivo de la Cámara de Comercio de Almería Cabe destacar además que el porcentaje de las empresas pertenecientes a mujeres en los últimos años ha crecido exponencialmente en la provincia de Almería; en concreto, los datos de 2022 ponen de relieve que la proporción de mujeres autónomas supera la media nacional, situándose en casi el 37%, y en sectores como el agro las mujeres encabezan más del 50% en nuevos proyectos empresariales.
Personalmente constato que las nuevas empresas de mujeres ya no pertenecen a los sectores en los que la mujer emprendía, comercio o servicios, sino que hay un porcentaje significativo de una emprendedora con nivel universitario y que emprende en sectores tecnológicos, industriales y digitales.
A nivel autonómico, la unidad en su seno de las asociaciones de empresarias de las ocho provincias, junto a asociaciones empresariales sectoriales femeninas de ámbito regional, dan a FAME, la Federación Andaluza de Empresarias, la fuerza suficiente para ser el interlocutor de las empresarias y conseguir el justo protagonismo que hemos de tener las empresarias en Andalucía.