Volvemos poco a poco, a la normalidad que teníamos antes de la COVID-19. La vida vuelve a tomar el rumbo de siempre.
Nos estamos incorporando presencialmente a los puestos de trabajo, con todas las medidas o protocolos de seguridad, con el fin de arrimar el hombro para reconstruir Canarias. Hay funcionarios, muy responsables, que están dándolo todo desde el inicio de la pandemia, incluso exponiendo sus vidas y también ahora, yendo todos los días a su puesto de trabajo presencialmente, para atender personalmente a los ciudadanos. Pero hay empleados públicos o sindicatos, que quieren seguir teletrabajando. Parece que les gusta el confinamiento.
Tienen miedo de contagiarse, pero sólo en su lugar de trabajo, porque para ir al gimnasio, de compras, tomar un café con amigos o hacer otra diligencia, no tienen el mínimo reparo para hacerlo. No hay ningún método para medir su productividad, por lo que están casi en vacaciones perpetuas. Y que no vengan diciendo que teletrabajando hacen más, porque no se nota en los resultados, de una administración que no cumple plazos, en tiempo y forma. Que vuelvan al tajo presencialmente, algunos llevan año y medio sin aparecer
Óscar Izquierdo, presidente de FEPECO