Cocereales es un referente en el sector agrícola andaluz con una trayectoria de más de tres décadas. ¿Cómo surgió la idea de crear Cocereales en 1986 y cómo ha evolucionado la cooperativa desde entonces?
Cocereales surgió de 4 cooperativas sevillanas y primera idea de este proyecto la tuvieron en el año 1984. Poco a poco se fue conociendo hasta que se creó y se constituyó la sociedad cooperativa Cereales Sevilla, formada por 4 cooperativas sevillanas. La cooperativa fue creciendo, llegando a tener hasta 30 socios de las 5 provincias productoras de cereales más importantes; Sevilla, Cádiz, Huelva, Málaga y Córdoba; y así, creciendo y adaptándose a los tiempos, Cereales Sevilla cumplió sus 30 años en el año 2017 y fue en ese momento cuando se cambió el nombre a Cocereales.
Ya vamos camino de los 40 años desde el día de la fundación. Cocereales es una cooperativa de segundo grado.
Actualmente contamos con 16 cooperativas en el grupo entre las provincias de Sevilla, Cádiz y Huelva. Comercializamos, entre todos los productos de cereales y oleaginosa, unas 200.000-220.000 toneladas. Además, también nos hemos adentrado en negocios como el abono y las semillas, para poder darle un servicio a nuestros asociados.
¿Han expandido sus operaciones a otras regiones de España o incluso a mercados internacionales?
Sí. España es un país netamente deficitario en todos los cereales y oleaginosas, menos en el trigo duro (el trigo con el que se hace la pasta y el cuscús). Nosotros exportamos trigo duro a los mercados de Italia, algunos más de Europa y a otros del norte de África. Aparte de exportar los trigos que producen los socios, también exportamos trigos de terceros, de otras cooperativas y comerciantes. De esta manera conseguimos tener una presencia destacada en la exportación. Adicionalmente también hacemos operaciones a nivel nacional, ya que nuestro trigo también es demandado en harineras y semoleras del interior e incluso del norte. Ahora mismo tenemos abiertas operaciones de trigo blando y de trigo duro con Aragón, y hay camiones que se recorren España con nuestros trigos para llegar hasta allí.
¿Qué servicios específicos ofrece Cocereales a sus socios más allá de la comercialización de sus productos?
El servicio más importante que considero que prestamos es el seguimiento estrecho a los mercados. Nosotros estamos muy especializados en los mercados nacionales, por supuesto, pero sobre todo en los internacionales. Tenemos contratada una consultora americana con sede en Miami, con la que tenemos reportes diarios de información y muchas reuniones, tanto presenciales como telemáticas. Esta consultora está a la vez asociada con otra consultora ubicada en Barcelona y nos proporcionan esa información, nos dan otros puntos de vista muy internacionales y, aparte de esto, por supuesto, seguir las bolsas de Chicago y de París, los mercados de futuro.
Además de este conocimiento e información, ofrecemos el servicio de la gestión de sus producciones, las comercializamos, siempre con el asesoramiento de los mercados. También damos el servicio de la adquisición de la semilla y los abonos, servicios centralizados en Cocereales, que hace 6 años se abrió esa opción de comprar en conjunto para ser mucho más competitivos. Al final esto es una unión muy interesante e importante dentro del grupo que nos hace tener esa fortaleza.
¿Cómo fomentan la innovación en el sector agrícola?, ¿invierten en investigación o desarrollo de nuevas tecnologías?
No. Nosotros, en realidad, somos una empresa muy pequeña a nivel de capital humano. Somos una oficina que trabaja con teléfonos y ordenador. Estamos facturando una media de 70 millones de euros al año, siendo solo 6 trabajadores.
Hay muchas cooperativas de segundo grado que su ambición es tener fábricas, una gran plantilla de empleados, etc. Nuestra ambición es ser muy profesionales en los mercados y buscar siempre el mejor precio y defensa para el agricultor a nivel comercial.
Cada cooperativa funciona de diferente manera, algunas tienen un equipo de proyectos y otras no. Nosotros nos centramos más en traer gente de primer nivel, en dar una formación, en hablar de los temas relevantes, como el crédito de carbono, la sostenibilidad, etc. Ponemos a disposición mucha información y temas de interés, pero después cada cooperativa lo ejecuta por su cuenta. Con el poco personal que tenemos no nos compensa dedicarnos a otras cosas que creemos que no le pueden dar tanto valor añadido como la defensa de la comercialización.
¿Cuál es la visión de Cocereales sobre el futuro del sector agrícola en España y qué papel espera desempeñar la cooperativa en este futuro?
La agricultura a la que se dedica a Cocereales es una agricultura de secano, de tierra calma, de cultivos anuales. El futuro para este tipo de tierras y cultivos es cada vez más incierto, porque no competimos con las mismas herramientas, ni con las mismas leyes ni con la misma legislación que otros países. Por los puertos españoles y andaluces entran todos los días miles de toneladas de cereales de otros terceros países que no tienen las mismas reglas que nosotros. Al no competir en igualdad de condiciones se hace complicado mantener esa rentabilidad.
Cada año vemos menos cereales en el campo y en su lugar hay más olivar, más placas solares… al final el agricultor va buscando alternativas rentables, porque es cierto que el sector en el que trabajamos es difícil de rentabilizar. Es cierto que, en cuanto a extensión, este sector es el más representativo en España, pero año tras año damos pasos hacia atrás, en vez de hacia delante. No tenemos un horizonte fácil; habría que cuidar más a este sector y a estos cultivos desde los gobiernos y desde Europa.
Hay que cuidar a los agricultores porque la propia PAC nació para ser autosuficiente y para tener asegurado nuestro autoconsumo y nuestra alimentación. Este tema parece que ha sido olvidado para los políticos y gobernantes, que cada vez nos apoyan menos y le dan menos importancia a este asunto, haciendo que dependamos más de países terceros, cuando, la realidad, es que si hubiera otra pandemia o alguna situación parecida en la que no pudieran circular los barcos, España está muy lejos de ser autosuficiente y habría problemas severos. Actualmente hay otros interesas y la moneda de cambio en muchos casos es la agricultura.
