19/04/2025

Echa la basura en el tanyu
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Si hay algo curioso en nuestra tierra son las expresiones que hemos integrado en nuestro vocabulario de palabras o frases extranjeras. A lo largo de los siglos, nuestra diversidad ha […]

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Si hay algo curioso en nuestra tierra son las expresiones que hemos integrado en nuestro vocabulario de palabras o frases extranjeras. A lo largo de los siglos, nuestra diversidad ha propiciado estas curiosas palabras que cuando conoces su historia siempre te dejarán una sonrisa.

No es el caso, pero me vino a la memoria una frase que escuché en una famosa pizzería en la Base Naval de Rota allá por 1992. De repente, escucho a una madre española gritarle a su hijo: ¡niño, echa la basura en el tanyu! Tras unos minutos de intentar entender que era el tanyu, vi que, en los contenedores de basura del establecimiento, en la parte donde depositas la basura, ponía bien grande thank you. Desde ese día cuento esa anécdota con el consuelo de que la basura aquí se sigue llamando basura.

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Otra de las palabras que me fascina es la manguara. Es una curiosa palabra que proviene de la idiosincrasia característica de Andalucía en España, concretamente en la provincia de Huelva. Se empezó a escuchar la palabra en las mundialmente y archiconocidas minas de Rio Tinto, los trabajadores ingleses que en el siglo XIX las explotaban iban después de la jornada a la tasca y pedían “man water” que en ingles significa agua ardiente y cuya pronunciación se asemeja a algo así como “manguara”. Los locales con su alegría característica empezaron a adoptarla de forma graciosa y desde entonces por la zona se puede escuchar a la gente pedir la manguara cuando quieren una copita de aguardiente.

Hay otra historia muy similar a esta con la palabra alirón, en este caso hay que desplazarse un poco más al norte de España. Alirón sería la adaptación de la expresión inglesa “all iron” (todo hierro), y tendría su origen en el pasado industrial y minero de Bizkaia. Si bien, enseguida se asociaría esta palabra con el football, importado por esas fechas por los emigrantes ingleses que vinieron a trabajar a esa tierra.

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Pero en Huelva no solo nos quedamos con manguara, tenemos otras igual de curiosas como chipichanga que viene a referirse a una persona de poca monta y alude a los shipchandler, los provisionistas de barcos que se dedicaban al trapicheo de monedas antes de que los cargueros, abarrotados de mineral, regresasen a su punto de origen. O candié, en este caso, el candied egg (huevo azucarado), era un especie de ponche aperitivo elaborado a base de yema de huevo, azúcar y vino añejo, que se daba como reconstituyente a las personas faltas de apetito, principalmente a los niños. Pero sin duda, la más llamativa, sobre todo a los que nos apasiona la minería es la palabra gossan. Se trata de un neologismo minero procedente de gold sand, rocas auríferas «formadas por óxidos e hidróxidos de hierro, que pueden presentarse solos o mezclados con otras rocas, y que proceden de la meteorización de yacimientos de sulfuros».

Pero sin duda, donde más graciosas pueden ser esas derivaciones son las que nacen en la provincia de Cádiz. Por ejemplo, guachisnai. El término más extendido a lo largo y ancho del país es el popular guiri, extranjero o forastero. En Cádiz, sin embargo, existe una palabra genuina para referirse a los turistas que aterrizan en la provincia: ‘guachisnai’. Se trata de una deformación fonética de ‘What’s your name’.

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Otra muy famosa es chumino. Resulta que una de las ordinarieces más extendidas en el andaluz (e incluso en gran parte del país) deriva de la expresión inglesa show me now con la que los marineros ingleses invitaban a las prostitutas, que frecuentaban el puerto de Cádiza levantarse la falda para enseñarles sus partes íntimas.

Y no podemos olvidarnos de liquindoi. Al parecer, los lingüistas y expertos no se aclaran respecto al lugar en que surgió esta palabra, si en Málaga o en Cádiz. En cualquier caso, tal y como señaló Antonio Burgos, la raíz en ambos casos es marinera y se vincula a las ciudades portuarias y pesqueras andaluzas hacia los siglos XVIII y XIX.

El liquindoi es el look and do it, mirar y hacerlo, voz preventiva para las voces ejecutivas de los marineros ingleses a los estibadores gaditanos o malagueños que estaban descargando el barco de arroz». Ahora ya sabes que, si alguien te increpa con un aliquindoi o linquidoi debes estar atento.

Y donde conviven un montón de palabras de estas características es en el entorno de la Línea, obviamente por su cercanía a Gibraltar y tantos años conviviendo con los británicos. Ejemplos hay muchos, como chingua o chinga, que viene del inglés chewing gum que significa chicle. O Fingar, sinónimo de robar. En este caso, aunque también comparte el origen anglosajón, no proviene de un verbo similar sino del sustantivo finger, dedo.

Otro día hablaremos de focona, carne combí, cuécaro, echegaray, mebli, liquirbá, panequi, rolipó… Hay mucho donde divertirse y documentarse, como el maravilloso libro El Habla de Cádiz, de Pedro Payán.

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