Empresarios y profesionales sí nos mantenemos objetivos antes los datos, es decir, cuando son buenos, son buenos, y nos alegramos, y cuando son malos, son malos, y nos cabreamos, en ambos casos, continuando con la batalla del día a día del negocio.
España lleva 50 meses creciendo en empleo, que en función de quien lo diga, pueden ser 50 meses, o 1.500 días, o “sólo” poco más de dos años, pero en cualquier caso, es tendencia mantenida positiva.
Además, marcándose cifra récord de toda la serie histórica en afiliación a la Seguridad Social, alcanzando los 21,4 millones de trabajadores, lo que es, es. Récord, y así lo vemos en positivo desde la sociedad civil.
Y es que resulta, que fuera de la sociedad civil, del mundo profesional, hay un mundo, el de la política, digo fuera por la desconexión existente en determinados lares, en el que sólo se alegran si el que gana el partido es su equipo, y no del otro, aunque su propio equipo ni siquiera está jugando ese partido, y por tanto, no puede ni podría ganarlo, porque no lo está jugando. Este párrafo, copiado y pegado, podría servir para una opinión de hace siglos o de siglos en adelante.
Además de los datos anteriores, buscando el pero a los datos, para justificar la contra de los otros, resulta que España ha reducido también su empleo al nivel más bajo en 16 años, hasta los 2,5 millones de desempleados, muchos sí, pero igual al valor de 2008, a un año sólo de la crisis financiera sin llegar a los datos catastróficos que llegamos.
Pero y si miramos al empleo juvenil, siempre la salida del oponente a todo dato positivo genérico de empleo, resulta que por fin el empleo juvenil (por debajo de los 30 años) crece a un ritmo de dos veces el ritmo de crecimiento del resto de empleo, del 16,3% frente al 7,9% del conjunto de trabajadores, y lo que técnicamente hace reducir la dificultad de acceso de los jóvenes al empleo.
Cuatro datos que, al mundo de la sociedad civil, de la empresa y de los profesionales, no nos hace más que impulsar para seguir en esta senda de creación de economía y trabajo. Y que nos alegran.
Pero del lado de la política, a diferencia de otras ocasiones, al menos el oponente no ha salido a bombo y platillo desmintiendo los datos, o buscándole un pero, lo que es positivo, pero lo mismo es que esta vez no había peros.
Y si hay que decir, esta vez no hay pero a los datos se dice y punto, con valentía, nos alegramos por todos.
Porque no debemos quedarnos a este nivel de exigencia, de conformarnos con que no salgan tumbando datos, y debemos, y desde mi parte personal y profesional, desde esta opinión, lo hago, exijo a la clase política, que no son extraterrestres, son personas como tú y yo, de ambos lados, que se alegren cuando lo datos sean objetivamente buenos, porque no son buenos para uno u otros, sino que son buenos para todos, sin excepción.
Y es que esto, no va de unos y otros, esto va de todos, de que el empleo no es más que una palanca de la economía que nos hace atisbar mejoras en el resto, y si esta va bien, o como en este caso, va mejor que históricamente, por correlación directa, hará que el resto vayan mejor, no será casualidad que ya estemos escuchando la mejora en las previsiones del PIB para España, para lo que queda de 2024 y 2025, citando incremento del PIB del 2,5% frente al 2,0% estimado inicial, y así con su inercia positiva.
Que todos nos alegremos de las alegrías de unos pocos, porque serán las alegrías de todos.
