Ikamar es una compañía con más de 20 años de experiencia en la exportación y distribución de productos del mar. ¿Cómo ha sido la trayectoria en estos 20 años? ¿Qué momentos destacaría?
Lo principal es el comienzo de Ikamar, porque es una fusión de una empresa sevillana que era Gelandalus, que se dedicaba únicamente a la distribución por restaurantes y catering, con la antigua Ikamar, era una empresa que se dedicaba únicamente a importar productos de Senegal para el mercado español.
Tuvo lugar esta fusión, nos conocimos con el que es hoy en día nuestro socio y fusionamos Gelandalus e Ikamar, dando origen a la empresa actual. Ikamar fue fundada por tres socios, Luis Lalinde, Richard Cutugno y yo, Fernando Lalinde.
¿Cuáles son los principales productos con los que comercializáis? También nos gustaría saber cuál es el servicio estrella de la compañía.
En su origen importábamos productos solo de Senegal, traíamos choco, pulpo y langostino. Cuando comenzamos a crecer, nos dimos cuenta de que no podíamos depender solo de un país, además en África todo es más complicado. Entonces, decidimos empezar a importar de otros países, como Mauritania y Marruecos.
Eso fue lo que realmente nos hizo convertirnos en la empresa que somos hoy en día. Una empresa que no solo importa, sino que exporta por toda Europa y Japón.
¿Con qué países trabajáis? ¿Cómo son vuestras relaciones con ellos?
Ahora mismo, dentro de la Unión Europea, estamos trabajando en Bélgica, Croacia, Dinamarca, Francia, Grecia, Holanda, Italia, Portugal, Reino Unido, República Checa, Rumanía y Suiza. Fuera de la EU trabajamos con Japón.
Además, ¿tiene relación con Marruecos y con otros países de África?
Sí, en África estamos bien posicionados. Hoy en día importamos más de Marruecos que de Senegal, que era nuestro origen. En Marruecos ahora mismo comercializamos unos 24 barcos grandes y tenemos una planta en el Sáhara, de la que somos socios.
Sin duda, 20 años de crecimiento, gracias a mucho trabajo y esfuerzo. En los tiempos convulsos en los que nos encontramos, ¿cuál es la mayor dificultad que se les presenta en cuanto a la importación y exportación de productos? ¿Cómo se aseguran de la calidad y seguridad de sus servicios?
Cuando hablamos de importación, debemos tener en cuenta que no es lo mismo hacer una importación desde un país, por ejemplo, desde Japón o China que importar desde África.
En África es todo muchísimo más complicado, porque los estándares de calidad y de seguridad no son los mismos que los tenemos en Europa. Entonces, eso conlleva un trabajo mucho mayor, ya que debemos encontrar una planta, una fábrica o un barco que tenga los productos que nos interesan, y más tarde debemos auditarla y prepararla para que tenga las mismas condiciones que queremos asegurar a nuestros clientes.
La importación desde África no cuenta con el respaldo jurídico que encontramos en Europa, por lo tanto, es bastante más complejo. Debemos ir personalmente, auditar y trabajar con empresas que sean realmente solventes.
Cuando la mercancía llega a España, los controles sanitarios son muy exigentes. Un error en una etiqueta o en un producto, te puede suponer un rechazo sanitario y poner en riesgo toda la inversión que has hecho.
En cuanto a las exportaciones, considero que la clave fue el capital humano, tener gente preparada, que habla idiomas, que sea dinámica en su trabajo y que sea muy ágil a la hora de desempeñar su función. Poco a poco fuimos incorporando personal y hemos ido creciendo bastante hasta el día de hoy, por ejemplo, en Italia este año hemos facturado más de 10 millones, o en países como Portugal, que estamos cerca de los 4 millones ya.
Por lo tanto, estáis satisfechos con el balance de que lo que llevamos de año, ¿verdad?
Sí, estamos en una fase de crecimiento importantísima. En el ejercicio 2023 terminamos con más de 51 millones, pero este año 2024 vamos a estar cerca de los 70 millones.
En base a esto, ¿cuáles son las previsiones de futuro para Ikamar?
Nos gusta que los crecimientos se vayan asentando, por lo tanto, el próximo año nos lo planteamos para mantener todo el trabajo de este año, no perder proveedores, seguir creciendo un poco más, ir abriendo otros países donde aún no tengamos presencia. El año que viene nuestro proyecto está puesto ya en Estados Unidos.
En definitiva, queremos mantener lo que tenemos e ir creciendo en otros países que hasta ahora no estábamos.
Este año estamos desarrollando la ISO, que es un certificado de calidad muy importante y seguimos avanzando, hemos sacado la FDA para vender en Estados Unidos.
Una empresa de estas características necesitará también estar al día de las últimas innovaciones y tecnología.
Sí, sobre todo en la alimentación. Es un sector que crece muy rápido, además tienes cambios sanitarios importantes y tenemos que estar totalmente actualizados. Siempre estamos invirtiendo, tanto en los orígenes como aquí, en temas de calidad, de seguridad alimentaria, etc.
Es importantísimo, porque son alimentos que consumen muchísimas personas y se importa de muchos países y controlar todo eso es complicado. Nosotros hacemos mucho hincapié en tener un proveedor que nos dé una garantía alimentaria.
Siempre estamos posicionados en los orígenes, podemos decir que invertimos más en el origen que aquí, porque el producto sale de allí y estamos constantemente exigiendo a las fábricas que vayan a mejorando, que pongan detectores de metal, etc.
