“Se ha demostrado que hay una vocación de resistencia enorme por parte de las empresas, a pesar de tantísimas dificultades”
Empieza un año 2022 del que todos esperamos que sea el año de la recuperación o, al menos, tratamos y esperamos que sea así. Desde la CEA, ¿qué balance hacen del cierre de 2021? ¿Y qué perspectivas se guardan para este 2022?
Es una muy buena cuestión, porque te podría decir que la pandemia COVID todavía no podemos darla por concluida pues, de alguna forma, estamos todavía so- metidos a esos dientes de sierra de tantas oleadas con efectos adversos. Diría que es una pandemia que, más allá del ámbito de la salud, la podríamos definir como un acelerador de procesos, una pandemia sin precedentes que nos ha sacudido a todos, que ha cambiado nuestros hábitos de consumo, nuestra forma de trabajar… El cambio ha sido brutal, no solo para las empresas, sino para el trabajador y las familias, a nivel internacional.
Eso nos ha ubicado a marcha forzada en un entorno muy complejo y exigente donde vivimos un tiempo de tremenda in- certidumbre donde, en el ámbito empresarial estamos teniendo que asumir enormes retos transformadores de la economía, como la sostenibilidad, la digitalización, el teletrabajo… pero, por otra parte, estamos queriendo recuperar la productividad y el curso empresarial, porque la pandemia no ha concluido.
Por lo tanto, se dan una serie de facto- res que nos generan incertidumbre en un horizonte muy cercano ante el encareci- miento de las materias primas, el coste de los combustibles y algo importantísimo: una inflación que se está convirtiendo en un serio problema para la competitividad de nuestras empresas, una inflación que ha terminado en diciembre con unas cifras muy elevadas, en torno al 6,5% interanual aproximadamente.
Todo ello nos hace ver a 2022 como el año de la recuperación pero, por contra, hay que despejar muchísimas incertidumbres que se generan de todos estos aspectos que nos derivan de estos años de pandemia tan difíciles.
Además, sabemos que la administración en estos 2 años se ha intentado posicionar del lado de los trabajadores y empresarios, pero no hay que olvidar el tremendo esfuerzo que han hecho todos los empresarios de todas las comunidades autónomas y, más concretamente, de Andalucía. Se ha hecho un esfuerzo nunca antes visto por parte de los empresarios para mantener el empleo y por no echar el cierre a las empresas, ¿verdad?
Totalmente. Se ha demostrado que hay una vocación de resistencia enorme por parte de las empresas, a pesar de tantísimas dificultades. Hemos perdido un volumen relevante de empresas en Andalucía, cerca de 20.000.
Si hay un hecho innegable, es la capacidad de resistencia del tejido productivo andaluz, la cual ha sido tremenda porque hemos sido capaces de recomponer nuestra maltrecha economía, convirtiéndonos en la principal comunidad autónoma en volumen de autónomos, más de 564.000, por encima incluso de Cataluña.
En el mismo sentido, un tema que era una asignatura perdida en Andalucía y que la pandemia ha venido a obligarnos a desarrollar, es la conquista de la internacionalización de los mercados exteriores donde ya Andalucía, con una facturación de más de 33.000 millones de euros, se ha convertido en la segunda comunidad en volumen total de exportaciones de España, solo por detrás de Cataluña y por delante de Madrid. Eso le aseguro que era impensable.
Por lo tanto, hay a quien le gusta hablar de resiliencia, pero a mí me gusta hablar de capacidad de resistencia. Los términos tan políticos no coinciden siempre con los empresariales, la capacidad de superar las adversidades es digna de reconocimiento para tantos autónomos, PYMES y demás empresas, no solo en Andalucía, sino en toda España, lo que es un orgullo para consolidar la provisión de los servicios públicos.
Dicha provisión no solo lo lleva a cabo el sector público, lo hacen también las empresas que hemos aportado servicios de carácter público como puede ser la sanidad, la educación, la telefonía, hasta los servicios financieros; todo eso lo ha hecho el sector privado y hay que reconocerlo después de dos larguísimos años de pandemia. Creo que ha habido una complementariedad importantísima que a veces cuesta reconocer.
Se abre ahora una nueva esperanza con la llegada de los fondos europeos, los fondos Next Generation vienen como agua de mayo. Sin embargo, los empresarios aquí son prudentes y piden a la administración que esté a la altura porque recordemos que va a hacer falta un toque de calidad para poder gestionar estos fondos. ¿Están ustedes tranquilos respecto a este tema? ¿Creen que la administración logrará hacer una buena gestión de estos fondos que son absolutamente necesarios dadas las circunstancias y el contexto que estamos viviendo?
Creo que hemos cerrado, y lamento decirlo, el 2021 con los fondos europeos convertidos en una gran incógnita, tenemos más de incógnita que certeza, por tanto, yo abogo por adoptar una estrategia global común sobre la gestión de los fondos europeos en la que las administraciones se coordinen entre sí porque, a día de hoy, no existe esa coordinación. Hay un modelo que es el Gobierno Central, que es el que va a tener la provisión de esos fondos y, luego, las Comunidades Autónomas que están un poco a la expectativa y con cierta tensión política e institucional respecto a la distribución de los mismos.
Abogo por un ejercicio de integración de una estrategia global común dentro del diálogo social con empresarios y sindica- tos para hacer un diagnóstico adecuado, una identificación de los fondos, una evaluación por renta de los mismos, es decir, que la colaboración público-privada sea inteligente. Lo que nos pide Europa es un consenso, colaboración público-privada y que podamos identificar los proyectos tractores, los sectores estratégicos que deben recibir esas ayudas de forma prioritaria. Yo creo que ese será el gran éxito de todo pero, hoy por hoy, está muy en el aire esa estrategia.
En Andalucía hemos conseguido consensuar con la Junta una mesa específica de gestión de fondos europeos dentro del diálogo social. Te hago una reflexión que creo que es relevante en este punto, los fondos europeos no son fondos de convergencia, son fondos transformadores, vienen a poner los cimientos de una nueva economía después de la pandemia. Por lo tanto, creo que afrontamos un desafío sin precedentes.
En Andalucía vamos a tener, con toda la gestión de fondos, cerca de 22.000 millones de euros, estamos hablando de ayudas históricas para un momento histórico y la clave capital es la gestión. Necesitamos que la administración esté a la altura. Solo en 2021 se publicaron en España convocatorias de licitaciones por un valor aproximado a 10.000 millones de euros y, sin embargo, de esos 10.000 millones de los que te hablo, el desembolso real solo llegó, por datos de CEOE, a 104 millones, por lo tanto, tenemos un problema muy serio. La gestión ineficiente de los fondos y el retraso de las convocatorias está haciendo que las ayudas lleguen tarde y mal.
Esto también va unido a que la administración tiene que terminar de transformarse, es cierto que parece que este gobierno ha hecho lo que ha podido de cara a que todos esos cambios normativos que se han tenido que hacer durante el 2021 sean efectivos y plenamente instaurados en este 2022, pero esto no viene sino a confirmar que necesitamos una administración más ágil para todos.
No puedo estar más de acuerdo contigo. Entre los elementos destacados del año 2021 en Andalucía, te diría que ha sido un año de enorme incertidumbre que ha estado marcado positivamente por los avances en el ámbito normativo y por las incógnitas de los fondos europeos. Por tanto, nosotros sí valoramos muchísimo, no solo la capacidad de resistencia del tejido empresarial, el auge del emprendimiento, sino el haber conseguido la simplificación administrativa y que se hayan aprobado normativas, como es el Decreto Ley de simplificación administrativa que nos permite desde un marco normativo favorable que las empresas salgan de tanta burocratización, lo cual ha sido fruto del diálogo constante con el ejecutivo andaluz. El problema es que tenemos una administración hipertrofiada en todos los ámbitos y con poco sentido común, donde no hay un criterio de evaluación del mérito y de la gestión.
En este tiempo de transformación de la economía, en este tiempo en el que el modelo económico tenemos que hacerlo más productivo, la administración tiene que estar a la altura transformándose y esa reforma sigue pendiente, la administración pública sigue pendiente de asumir su relevancia en ser más eficaz y lo vamos a ver con la capacidad que tengan de gestión de los fondos europeos. O se cambian los procedimientos, los protocolos y los criterios de productividad dentro de la administración o va a ser una oportunidad perdida. Sería terrible que en el año 2026, que acaba el periodo de los fondos europeos, hubiera que devolver dinero. No se trata tanto de cambiar nuestro modelo productivo, sino de hacer nuestro modelo más productivo.
Hay un sector de la población que siempre suele tener problemas: los jóvenes. Ustedes abogan por un pacto por el empleo juvenil. ¿Qué propone la CEA?
Nosotros tenemos una preocupación enorme por el principal problema del ciudadano en general. Si obviamos la pandemia, el principal problema de los ciudadanos es el empleo y eso se agrava en la juventud. Tenemos una tasa de desempleo en Andalucía que está rozando el 40% y, en España, está cerca del 30%, un problema serio.
Tenemos que darle una alternativa, un futuro a los jóvenes, tenemos que hacerles ver que pueden crear sus propios negocios, darles herramientas, darles posibilidad de entrar en el mercado laboral porque, hoy por hoy, hay enormes dificultades y si además añadimos la pandemia, encontramos a jóvenes que están muy cualificados y se encuentran con enormes dificultades de acceder a una primera oportunidad para tener empleo. Haría falta un pacto nacional en materia de desempleo juvenil, pero las voces van por otra dirección.
No se ve un gran interés en hablar de este tema y considero que es una de las asignaturas pendientes que tiene nuestro país, un gran pacto que mejore la productividad y un gran pacto que mejore el empleo juvenil, porque es la mejor manera de garantizar que el día de mañana tus jóvenes mejoren el suelo de las bases imponibles para cotizar y para sostener el modelo de pensiones, la economía y, sobretodo, para que su talento sea aprovechado por las empresas y la sociedad.
La CEA abre una nueva etapa a partir del próximo 9 de marzo, donde usted vuelve a tener un respaldo total y absoluto y encajaría su tercer mandato. Me imagino, Javier, que para usted será un motivo de orgullo y una muestra de que se lucha por los empresarios y empresarias de Andalucía.
Sí, la verdad es que me siento muy satisfecho. Estamos ahora en periodo de presentación de candidaturas, y lo digo siempre con humildad, pero qué duda cabe de mi gratitud a los órganos de gobierno de
CEA por respaldar de manera unánime mi candidatura. Hablamos de más de 180.000 afiliados que tenemos en la organización, lo que significa una responsabilidad importante, un compromiso y mucha ilusión, porque lo que intentamos es seguir avanzando en ese proceso de modernización de CEA que está marcado por la transparencia, la eficacia en la gestión, la participación, el ser útiles y la interlocución que tenemos con las administraciones públicas para, en definitiva, ser más eficientes en la sociedad. Yo estoy muy agradecido por la confianza e intentaremos ponerle toda la ilusión.
Si todo va como tiene que ir, ¿cuáles van a ser las líneas de trabajo para este próximo mandato?
Yo creo que, ante todo, seguir modernizando la organización, seguir incidiendo en la transparencia de la gestión y en su propia eficiencia, su vocación de servicio y en estar a la altura de la exigencia de nuestras empresas en los procesos de digitalización, sostenibilidad, de todo lo que significan las necesidades que nuestras empresas van a requerir en materia de proyectos de fondos europeos, simplificación administrativa…
CEA tiene que estar de lado de esas empresas para ayudarlas, para acompañarlas, que sientan que estamos muy próximos para gestionar sus problemas y que, sobre todo, ante la administración seamos buenos portavoces y eficientes para transmitir cuáles son las demandas empresariales, porque las demandas empresariales no son demandas caprichosas, son demandas de quienes crean empleo y riqueza, porque no hay nada más progresista que crear empleo. Si hay alguien que representa el progresismo en este país son los empresarios y empresarias.
Ya estamos en febrero de 2022, además con una reforma laboral recién aprobada, ¿cuáles son esos objetivos que la CEA y usted como presidente consideran que son vitales alcanzar durante este 2022 en Andalucía?
Yo creo que los objetivos vitales son conseguir que nuestras empresas vuelvan a recuperar impulso y normalidad, pues recordemos que muchas actividades fueron declaradas como no esenciales y tuvieron que cerrar sus puertas. Que todos los sectores vuelvan a recuperar su impulso es una prioridad, que puedan a volver a facturar con normalidad, que tengamos una prima- vera esperanzadora que sea la antesala de un buen verano.
Ese es el primer objetivo, conseguir gestionar bien las empresas y, segundo, que las empresas vuelvan a recuperar la confianza para superar tanta incertidumbre que tenemos a nivel internacional.