Los profesionales de enfermería que quieran dejar de hacer noches a partir de los 55 años se enfrentan a una merma en su ingreso económico
Desde el Colegio de Enfermería de Málaga, ¿qué balance hacen de estos últimos años?
Los últimos años han sido complicados, hemos tenido una pandemia y ha sido una situación que se ha sumado a la situación que ya teníamos anteriormente los profesionales de enfermería en el mundo laboral.
En cuanto a estas situaciones precarias de las que me habla, intuyo que se refiere a las condiciones laborales que han mantenido las enfermeras y enfermeros por muchos años, ¿no?
Sí. A eso me refería, son unas condiciones tanto en el sector público como en el sector privado muy complicadas, es un problema endémico desde hace muchos años por la falta de contratos de larga duración que permitan una estabilidad laboral y una integración en las plantillas de los centros y, sobre todo, el reconocimiento económico y la conciliación familiar.
Sin duda alguna, la conciliación familiar es uno de los aspectos más visibles de cara a la sociedad. ¿Qué supone para un profesional de la enfermería prescindir de su vida personal y familiar en aras de contribuir a su vida profesional?
El ser humano tiene una capacidad de adaptación ilimitada, pero hemos de decir que los turnos rotatorios, las noches y el no tener unos descansos efectivos dificultan la conciliación familiar, sobre todo en un momento en el que la natalidad está en entre dicho y es tamos en unos niveles tan bajos. Dentro de la enfermería es uno de los elementos que hay que tener en cuenta, la situación de precariedad e inestabilidad favorece esa falta de conciliación y sobre todo el tener una familia, tener niños y una familia requiere un cierto orden y un compromiso en el funcionamiento habitual.
Además, nos encontramos que la gente de una determinada edad si se niega a realizar guardias de noche renuncian a parte de su salario…
Es una incongruencia que los profesionales de enfermería tengan la consideración de turnos de mañana, tarde y noche y por esa cuestión a los 55 años no se pueden redimir de hacer noches, salvo que suponga una pérdida económica por ese complemento de nocturnidad. Sin embargo, otras profesiones sí lo tienen porque el carácter no es de turnos, sino que es a guardias. Desgraciadamente, los profesionales de enfermería que quieran dejar de hacer noches a partir de los 55 años se enfrentan a una merma en su ingreso económico, y teniendo en cuenta que son unos salarios ya de por sí bajos, dificulta que puedan permitirse esa licencia de no hacer noches.
Teniendo en cuenta estos hechos, ¿qué peticiones hacen los colegiados del Colegio de Enfermería de Málaga?
Todos los colegiados buscan o solicitan lo mismo, es decir, una estabilidad en su puesto de traba jo, un reconocimiento económico y un reconocimiento profesional que le permita tener un nivel de vida estable adaptado a los nuevos tiempos pues, por desgracia, con la subida de la inflación los salarios son menos competitivos. También pedimos que por parte de la Administración la profesión sea tratada con el respeto y la consideración que se merece, más allá de los re conocimientos momentáneos que se puedan llegar a hacer.
Los profesionales solicitan un reconocimiento económico y profesional en consonancia con el trabajo que desempeñan.
¿En qué trabaja el Colegio en la actualidad?
Uno de los puntos fundamenta les de partida dentro de este man dato, del cual yo soy presidente, era dar visibilidad a la profesión, dar visibilidad al colectivo tanto entre el resto de colectivos profesionales como a la sociedad en general, y en eso es en lo que estamos. Estamos haciendo una gran inversión humana y de recursos en comunicación, porque entendemos que es fundamental.
¿Cuáles serán las líneas de trabajo de este Colegio para los próximos años?
Continuaremos en la misma línea. Nuestra idea es conseguir el máximo prestigio de la profesión, que los profesionales de enfermería tengan contratos y una situación laboral estable, que no tengan que emigrar a otras provincias o a otros países, así como incrementar la responsabilidad y las competencias que la profesión tiene en aras de contribuir a una mejora de la salud de la población. Mejorar competencias tanto en el sector público como en el privado porque, desgraciada mente, las condiciones que se dan a los profesionales de enfermería son todavía más precarias que las que se dan en el sector público.