Podríamos pensar que la innovación es una cuestión exclusiva del sector privado y se circunscribe únicamente a un uso intensivo de la tecnología. Sin embargo, la innovación ni es un concepto reservado al mundo empresarial, ni siempre tiene que ver con el uso de la tecnología. Es frecuente pensar que una empresa que utiliza más tecnología que su competencia, es una empresa “muy innovadora”. Nada más lejos de la realidad; la tecnología es solo una herramienta que sirve para mejorar los procesos de innovación en las organizaciones, pero no supone innovación en sí misma.
Innovar consiste en generar valor a partir de una idea. El cerebro de una persona innovadora funciona de manera diferente al de las demás, pues ve las cosas no como son objetivamente en la realidad, sino como podrían ser si se consiguiera generar un valor añadido.
Cuando nos referimos a una empresa mercantil, la innovación consiste en generar una idea novedosa que sea aceptada por los clientes, de manera que estos perciban un valor añadido por el que estén dispuestos a pagar un sobreprecio. Por lo tanto, lo importante de la innovación no es que contenga tecnología, sino que aporte valor y este sea percibido y valorado por el cliente. La innovación aporta una percepción de exclusividad y diferenciación a los clientes, además de una serie de ventajas competitivas a las organizaciones que innovan.
Aunque la innovación más básica suele hacerse sobre productos y servicios, es posible innovar de otras tres maneras. La innovación financiera es la que incide en el modelo de negocio y en la fórmula que utiliza la empresa para realizar las ventas y conseguir los ingresos. También es posible innovación de ideas que generen a sus clientes -votantes, reales y potenciales- valor añadido y una percepción de exclusividad y diferenciación. Cada vez es más frecuente que los departamentos de Organización de Empresas y Marketing analicen los proce- sos de innovación que las organizaciones políticas llevan a cabo en distintos países. Vamos a centrarnos en nuestra región y en el caso paradigmático del PP andaluz, cuya estrategia de innovación le ha reportado interesantes resultados con sus “clientes/ votantes”.
Del lado de la “innovación en los procesos”, Juanma Moreno ha sido capaz de construir una imagen de persona que actúa en todo momento con una gran moderación y ha contagiado a todo su equipo de un tono conciliador, negociador e integrador, que elimina de raíz cualquier atisbo de crispación y otorga a la competencia el máximo respeto. El presidente del PP andaluz, también en el contexto de la innovación de procesos, ha dado el paso de contar con personas independientes, o pertenecientes a otros partidos políticos, que podrían considerarse más o menos afines a sus ideas.
La innovación del PP-A en materia de “productos y servicios” podemos verla reflejada en ciertas cuestiones que, aunque tradicionalmente ya se podían observar en esta formación política, se han sabido transformar en las últimas semanas en “productos exclusivos” que solo ofrece este partido político. Podría- mos citar en este capítulo la optimización de los recursos públicos y la austeridad en el gasto. Pero sin lugar a duda, el proceso de innovación estrella y que mayor valor ha generado, lo ha protagonizado la “bajada de impuestos en Andalucía”. Juanma Moreno ha sido capaz de poner en valor estos dos “productos”, incluso fuera de las fronteras andaluzas.
Tanto el tono conciliador al que antes nos referíamos, como este “novedoso producto” de bajar impuestos y gestionar recursos con austeridad, suponen también casos “de libro” de innovación en el modelo de distribución, que se materializan a través de la marca PP-A, de la propia marca de la persona del presidente, y de la percepción de exclusividad y pertenencia a la organización que experimenta el cliente/votante de esta formación.
Resulta innegable, a la vista de los resultados que el PP-A obtuvo en las últimas elecciones andaluzas y de las distintas reacciones de la sociedad y la competencia en estas últimas semanas, que estamos ante una estrategia de innovación acertada que está generando resultados más que satisfactorios y, seguramente, muy por encima de cualquiera de los escenarios más favorables que se estuvieran barajando.