Lejos de aquella mujer de Leon y Quiroga que en los años 40 se acercaba al puerto a esperar a su amado, o que en el muelle de San Blas seguía haciéndolo 40 años después, el papel de la mujer es cada día más reconocido en todos los ámbitos y, como no podía ser menos, también en el sector marítimo-portuario. Podemos remontarnos al s.XV para comprobar que, pese a las barreras impuestas, la mujer lleva haciendo historia en torno a la mar desde hace más de 500 años, aunque la normalización de sus actividades se ha hecho esperar largo tiempo. La coexistencia con los hombres en sectores masculinizados no ha sido fácil.Tampoco lo era en los puertos marítimos, donde históricamente se emplearon en gran medida más hombres que mujeres incluso en las labores “menos físicas”. Antes de la era moderna, los trabajos portuarios se calificaban de “peligrosos, duros y sucios” a su vez que exigentes, y se consideraban inapropiados para mujeres de “buena reputación”. Requerían, además, de una relación fuerte e intima entre los estibadores, fuente de transmisión oral y testimonial del know-how, por lo que había poco espacio para las mujeres de la época.
Menospreciaban entonces actitudes atribuidas generalmente al género femenino, y que son de gran valía para las labores portuarias, como la autoexigencia, ya que en la gestión de mercancías todo debe hacerse de manera segura y eficiente, la inteligencia emocional, que ayuda a liderar una fuerza de trabajo íntegra y completa, con capacidad para resolver problemas logístico-operativos, o la habilidad de análisis en alto nivel, lo que implica procesos de reflexión, evaluación y decisión de forma más rápida y eficiente. La labor portuaria se ha mostrado, además, poco atractiva para la mujer por muchos motivos: desde los estereotipos de género imperantes hasta los desafíos para el equilibrio entre la vida laboral y personal, pasando por las brechas de credibilidad, la carencia o insuficiencia de capacitación, de instalaciones especificas o de equipos de seguridad adecuados.
Actualmente los trabajos en el puerto requieren mucho más de habilidades técnicas y tecnológicas para manejar equipos y sistemas mecanizados digitales, lo que constituye un gran avance en equidad de género, ayuda a reconocer a la mujer en el sector portuario y no la limita solo a tareas administrativas. Las mujeres pueden hoy desempeñar tareas en todas las áreas del sector portuario diversificando sus conocimientos, experiencia y aumentando sus ingresos por la cualificación de sus trabajos. Aun así, incluso en países desarrollados como el nuestro, y aunque las tasas de empleo de las trabajadoras portuarias aumenta cada día, el numero de hombres sigue siendo de entre el 70% y el 90%. El 98% si consideramos las actividades mar a dentro. Las mujeres, tradicionalmente, ante las barreras de entrada, han desviado su interés hacia otros sectores que les ofrecían mejores prestaciones y desarrollo profesional. No es fácil revertir los números de una industria que creó su propia cultura de rechazo a la presencia femenina en el pasado. Ese 15% aproximado de mujeres en el sector portuario suelen estar adscritas a la industria de cruceros, personal administrativo y en menor medida en la operación portuaria. Son unas cifras considerablemente bajas si tenemos en cuenta el entorno multidisciplinar que ofrece un puerto, como son los servicios auxiliares, incluidos el almacenamiento y el despacho de aduanas, el turismo, la carga, la infraestructura y la conectividad con el interior, lo que lo convierten en un entorno de trabajo diverso, atractivo y, en ocasiones, desafiante, también hoy dia para las mujeres.
Mejorar la proporción de género de los empleados portuarios en funciones operativas y gerenciales es fundamental para promover la igualdad y el empoderamiento de la mujer y la competitividad y eficiencia de la industria marítimo-portuaria. Según la OCDE, y en linea con los ODS de la Agenda 2030, mayores niveles de liderazgo y toma de decisiones femeninos en los negocios dan como resultado tasas más altas de industrialización y sociedades con economías significativamente más prósperas y sostenibles. Al tratar a la mujer de manera equitativa y brindarle mejores oportunidades de trabajo, el puerto mejora su reputación de equidad, una característica positivamente significativa en la comunidad empresarial. La equidad de género mejora las oportunidades de innovación; la mujer brinda diversos puntos de vista que reflejan sus diferentes experiencias e intereses, todo lo cual aumenta la capacidad del puerto y sus terminales para innovar y encontrar soluciones inteligentes a futuros desafíos.
La Organización Marítima Internacional (OMI) incorpora un programa de género a partir de 1988. En ese momento eran pocas las instituciones de formación marítima que abrían sus puertas a la mujer. Desde entonces, el programa ha ayudado a establecer un marco institucional para incorporar una dimensión de género en las políticas y procedimientos de la OMI. En pro de esos objetivos se celebró el primer Día Internacional de la Mujer en el Sector Marítimo el 18 de mayo de 2022, centrándose en el lema “Formación-Visibilidad-Reconocimiento”, adoptando un enfoque estratégico para incrementar el aporte de las mujeres como actrices clave del sector marítimo tanto en labores portuarias como a bordo de los barcos. También desde nuestra tierra, con el fin de impulsar la igualdad de oportunidades, la APA se adhirió a la Red Andaluza de Entidades Conciliadoras (RAEC), del Instituto Andaluz de la Mujer. Con ello reafirmaba su voluntad de colaboración “en la promoción de la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres mediante el impulso de acciones para que hombres y mujeres puedan conciliar sus vidas profesionales y personales de manera equilibrada y corresponsable”.
Está en manos, no obstante, de toda la sociedad, y del tejido empresarial portuario en particular, “levar el ancla” de la igualdad.
“La prueba para saber si puedes o no hacer un trabajo, no debería ser la organización de tus cromosomas.” (Bella Abzug)