Esta ciudad hispalense, esta urbe del sur, este emporio de riqueza y cultura tiene sus tiempos.
Los tiempos, los definen dos parámetros: el calendario de las estaciones climatológicas y el calendario de festividades cristiano, temperatura, estaciones del año y cultos católicos se mezclan para determinar el termómetro de la actividad en esta ciudad.
Semana Santa, Rocio, Corpus Christi entremezclados con Feria de Abril, Vela de Santa Ana y temporada taurina configuran el universo en el calendario del sevillano, gravitando la actividad empresarial y social entorno a ello.
Esto es una absoluta peculiaridad de Sevilla, esta rareza, este endemismo solo acontece en esta metrópolis del Sur de Europa, llamando la atención vivamente a cuantos nos visitan y mas si es del mundo de la empresa.
Durante años, he contemplado como advenedizos ejecutivos pretendían colocar eventos, visitas, entrevistas de trabajo en fechas que a la sevillana manera ni se contemplaban, el resultado era claramente un fracaso al no adecuarse a los usos y costumbres que configuraban este territorio donde ahora llegaba y que creía que podía transportar su manera de trabajo
Reuniones en pleno verano a las tres de la tarde o en pleno mes de agosto o sencillamente en medio de la salida de la Hermandades para el Rocio, hacían naufragar a este ejecutivo que quería y pretendía imponer eso que se gesta más allá de Despeñaperros.
¿Con esto quiere decir que aquí se trabaja menos? Nunca pero aquí se trabaja de una manera diferente adecuados a nuestro entorno a nuestra climatología ya nuestras costumbres, el resultado de esta adecuación al ecosistema hispalense siempre será infinitamente mejor que tratar de imponer cánones preconcebidos en otros lares.
Sevilla tiene sus tiempos, y decir Sevilla es prácticamente decidir Andalucia y tratar de adecuarse a ellos es un sabio consejo en pro de la productividad y de la mejora de los negocios.
Ahora entramos en primavera fechas de actividad máxima de preparación para todas las fiestas laicas y ecuménicas que se nos avecinan, artesanos, empleadores, manufactureros, libre pensadores, políticos y gentes de ralea definen sus actividades con una agilidad y premura máxima, con actividad frenética que se combina entre quinarios, via Crucis, pregones y montajes de casetas.
Señores donde fueran hagan lo que vieran porque es sabio acomodarse a lo que lleva funcionando siglos, porque aquí se trabaja, pero de otra manera y compaginamos el laboro con la fiesta en pro de una mejor salud mental, espiritual y crematística.