Quedan pocos días para las elecciones municipales en Andalucía, los partidos se afanan por presentarnos a sus candidatos y estos a su vez por hacernos llegar sus programas electorales. Estos programas en estos tiempos han adelgazados sustancialmente y se han vuelto muy sintéticos recogiendo sucintamente una suma de cuestiones muy definidas.
Frente a los antiguos programas de la llamada vieja política que eran unos documentos prolijos con abundante y bien redactada literatura los de ahora son rápidos de leer con abundancia de iconos y llamadas a direcciones url y con numerosos qr para ampliar y que el votante gestione su lectura.
La manera de trasmitir estos programas también ha variado, se abandona el papel y todo se deja a redes sociales con abundancia de Instagram y mucho video en YouTube y los más arrojados en tik-tok.
El otro día leía a mi colega y ex portavoz del gobierno andaluz Juan Carlos Blanco, abandonar el clásico folleto o díptico totalmente, era un error manifiesto y estoy con el, pues la pirámide de edad esta muy achatada y el numero de jubilados es mayoría en crecimiento. También con los canales elegidos se demuestra que el voto a captar es el joven que es único que no esta preconcebido y se puede orientar con un éxito probable.
Sea como fuera, me gustan las elecciones, me gusta el cambio cuatrienal democrático, sea cambio de partido o el mismo, pero siempre cambio de personas, revisión de necesidades y discursos, el cambio impulsa y nos facilita nuevas maneras de abordar los viejos problemas y de plantear nuevas soluciones.
Este año las elecciones vendrán marcadas por temas de sostenibilidad, medio ambiente, política hídrica, Doñana y mucha movilidad, estos serán los temas de toda una de cada que nos acompañarán recurrentemente. Estos temas llevados al microcosmo de las polis, de las ciudades es muy interesante ver cómo abordan.
Es un tiempo próximo el que llega, un tiempo cercano y universo de vecinos, calles, parques y jardines, la política se humaniza y pasamos a nuestro entorno, ecosistema hábitat urbano o rural aquel en que nos desarrollamos como personas y ciudadanos.