Las principales patronales nacionales, entre las que se encuentran la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos-ATA, la Confederación Española de Asociaciones de Jóvenes Empresarios (CEAJE) y la Confederación Canaria de Empresarios, han participado este viernes en un encuentro estratégico empresarial en el que han abordado las claves más relevantes para hacer frente a la recuperación económica de Lanzarote. El Círculo de Empresarios de Gran Canaria también estuvo presente bajo la representación de su presidente Agustín Manrique de Lara. El evento, que ha estado moderado por el delegado de ATA Canarias en Lanzarote, José Valle, ha tenido lugar en las instalaciones de Magma Innovation Services, en el municipio de Arrecife(Lanzarote).
El secretario general de CEOE una de las principales patronales nacionales, José Alberto González, señaló que “la capacidad de diálogo de los agentes sociales está siendo clave para que la economía no caiga más de lo que ya cae por la falta de actividad”. “Estamos poniendo las bases, sólidas, de la recuperación, pero si realmente no se quiere dejar a nadie atrás, los empresarios somos los que creamos empleo, los que movemos la economía y a los que hay que escuchar para alcanzar el objetivo de llegar a un 2022 de total normalidad”, afirmó el secretario general de CEOE “Nos queda mucho camino por recorrer, y no se trata de subvencionar a nadie, se trata de no abandonar empresas solventes en sectores muy afectados por una crisis que ellos no han provocado”. González subrayó que la relación con sindicatos, con todos los ministerios y con presidencia de Gobierno es fluida, “aunque a veces hay que ponerse en su sitio y ser firmes, lo hacemos por el bien del país”, añadió.
Según el presidente de ATA, Lorenzo Amor, “un autónomo es el primer afectado en una crisis y el último en recuperarse. Por eso necesitamos apoyo y así lo exigimos desde ATA y desde CEOE, que es la casa de todos los empresarios”. “Debemos partir del punto de que no tiene más colchón que sus propios recursos y su esfuerzo diario. Muchas veces hemos hablado de que las crisis traen un ERE silencioso que destruye miles de empleos pero que no salen en la prensa”, reflexionó Amor, quien indicó también que el número de autónomos en España ha crecido pese a todo y que se debe a que el cese de actividad, “eso que nos ha costado tanto prorrogar, ha sujetado muchos negocios, aunque si la vacuna y las ayudas directas no llegan pronto a todos quizá sea tarde para muchos”.
“Ser autónomo en España no es ni mejor ni peor, no somos esclavos de nuestro trabajo ni somos empresarios explotadores del trabajo de otro. Somos nuestros propios jefes, con independencia, con solvencia, con creatividad. Pero también con mucha responsabilidad. Respondemos de nuestros errores con nuestro patrimonio, y a veces, de los errores de otro. Somos responsables del bienestar económico de nuestra familia y de la de nuestros trabajadores, que muchas veces terminan siendo uno más en la familia. Nadie con responsabilidad a alto nivel debería tenerla si no ha vivido en la economía real, si no ha sido autónomo y dueño de su propio negocio” concluyó
Por su parte, el presidente de CEAJE, Fermín Albadalejo, advirtió de que el problema clave de los jóvenes empresarios no está en la creación de empresas, sino en el sistema educativo español “que está enquilosado”. En este sentido, desde CEAJE demandan un gran consenso político para reformarlo, porque aseguró que “para cambiar la cultura de un país, necesitamos cambiar la educación pública desde la base, de tal manera que podamos educar a nuestros hijos en lo que es y lo que significa una empresa”. Fermín Albadalejo aseveró que “España cuenta con un enorme talento entre sus jóvenes que se marchan a otros países porque les ofrecen mejores condiciones, y lo que tenemos que hacer es afianzarlos aquí, ofreciéndoles como país lo que buscan”.
Por otra parte, el presidente de CEAJE hizo mención a la España vaciada, y aseguró que para repoblarla se deben dotar a las zonas rurales de las infraestructuras necesarias con el objetivo de que los jóvenes puedan desarrollar su vida laboral en sus pueblos. “El 84 por ciento de los jóvenes menores de 35 años se han marchado de sus pueblos, un dato abrumador”, apuntó.