Estamos a pocos meses de unas elecciones municipales seguidas de otras en toda la nación: un cambio de ciclo se avecina, salga el partido que salga, y en nuestra ciudad los candidatos de las diversas facciones políticas ya están presentando estos días sus programas de gobierno para el sector turístico.
Estos programas son todos loables y bien intencionados y persiguen el mejor desarrollo de la ciudad, incidiendo en que el turismo se ha convertido en la mejor industria de la ciudad. No la única pero sí la mejor.
Un canto a la sostenibilidad y al cumplimiento de los ODS por todos es la matriz que los aglutina, pero ninguno ha puesto negro sobre blanco como llevaría a cabo el cumplimiento de esos fines soñados y que todos deseamos. Es necesario bajar ya al detalle y que nos digan de esos presupuestos municipales cuanto se va a destinar a nuestra industria turística, quitando los gastos de personal e infraestructuras que normalmente ocupa casi el 60%. Nos cuenten su organización y la composición de los órganos turísticos.
Cuando sepamos cuales son los planes reales y anuales y cuales los plurianuales y en colaboración con otras administraciones, nos pondremos a trabajar a medio y largo plazo por encima del gobierno que tengamos. Ese gobierno ha de tener marcadas ya la líneas maestras en esta materia pues lo que hay que hacer ya se conoce desde hace años.
El profesor Juan Martínez Barea, en un estudio del Instituto Internacional San Telmo, de su cátedra Sánchez Ramade del 2006, ya marcaba las pautas a seguir y definía la ideas fuerzas; parece increíble que este documento que tendrá más de 17 años tenga plena vigencia.
La cultura con el flamenco como gran patrimonio de la ciudad, su gastronomía, sus cocineros y sus productos como gran hecho diferencial. Una ciudad patrimonial con sus tres hitos Patrimonio de la Humanidad en el vértice de su oferta, pero junto a ellos grandes ejes como San Luis , con una conjunción única de iglesias y cenobios, más muestras inigualables de la industrialización incipiente de nuestra capital.
Sevilla como sede de grandes fundaciones, sede de cultura y de festivales que irradien su esplendor a las provincias limítrofes, Portugal y a la red de ciudades AVE. Todo con una comunicación adecuada, con una relación con los medios y sus periodistas como nuestros mejores embajadores.
A esto añadiremos las grandes efemérides, las grandes conmemoraciones que inexorablemente irán sucediéndose en el calendario y que debemos aplicar marketing y una estrategia adecuada de comunicación en el tiempo.
Con todo lo expuesto el menú está ya dispuesto; vigilemos su cumplimiento y estemos prestos para apoyar estos hechos y convertirlos en ingresos y puestos de trabajo. Y una recomendación: antes de inventar miren lo que había en el cajón propio o ajeno que no se pudo desarrollar, pues quienes lo pensaron perseguían lo mismo que los que ahora lo contemplan.
