Estamos en el verano y nos llega la fiebre del biquini o el bañador y con ellos “las dietas milagro” que son regímenes alimenticios que prometen una pérdida de peso rápida y significativa sin esfuerzo considerable. Suelen ser muy populares debido a estas promesas atractivas, pero son ampliamente criticadas por los profesionales de la salud por varias razones:
- Desbalance Nutricional: Muchas de estas dietas eliminan grupos completos de alimentos o restringen severamente la ingesta calórica, lo que puede llevar a deficiencias nutricionales.
- Efecto Rebote: La pérdida de peso rápida a menudo no es sostenible a largo plazo. Una vez que la persona vuelve a sus hábitos alimenticios normales, tiende a recuperar el peso perdido, e incluso puede ganar más.
- Peligros para la Salud: Algunas dietas milagro pueden tener efectos adversos para la salud, como debilidad, fatiga, problemas digestivos y, en casos extremos, problemas cardíacos o renales.
- Falta de Evidencia Científica: Muchas de estas dietas no están respaldadas por estudios científicos rigurosos y sus beneficios a menudo no están comprobados.
- Psicológicamente Dañinas: Estas dietas pueden promover una relación poco saludable con la comida y el cuerpo, fomentando trastornos alimenticios o una mentalidad obsesiva respecto al peso y la imagen corporal.
¿Qué tipo de dietas tenemos? ¿Son todas saludables? Repasemos las más habituales entre la sociedad
- **Dieta Mediterránea**
– Basada en los hábitos alimenticios tradicionales de países mediterráneos.
– Enfocada en el consumo de frutas, verduras, legumbres, frutos secos, cereales integrales, pescado, y aceite de oliva virgen extra
– Moderado consumo de lácteos y vino.
- **Dieta Keto (Cetogénica)**
– Alta en grasas, moderada en proteínas y muy baja en carbohidratos.
– Objetivo: inducir cetosis, un estado metabólico en el que el cuerpo quema grasa para obtener energía en lugar de carbohidratos.
- **Dieta Paleo**:
– Basada en lo que se cree que comían nuestros ancestros paleolíticos.
– Consumo de carne magra, pescado, frutas, verduras, nueces y semillas.
– Excluye alimentos procesados, azúcares refinados, lácteos y cereales.
- **Dieta Vegana**:
– Excluye todos los productos de origen animal.
– Enfocada en frutas, verduras, legumbres, frutos secos, semillas, y productos de origen vegetal.
- **Dieta Vegetariana**:
– Excluye carne y pescado, pero puede incluir lácteos y huevos dependiendo del tipo de vegetarianismo.
– Variantes incluyen lacto-vegetariana (con lácteos) y ovo-vegetariana (con huevos).
- **Dieta DASH (Dietary Approaches to Stop Hypertension)**:
– Diseñada para prevenir y controlar la hipertensión.
– Rica en frutas, verduras, granos enteros y productos lácteos bajos en grasa.
– Baja en grasas saturadas, colesterol y sodio.
- **Dieta Atkins**:
– Alta en proteínas y grasas, baja en carbohidratos.
– Progresión a través de cuatro fases de restricción de carbohidratos.
- **Dieta Whole30**:
– Programa de 30 días que elimina azúcares, alcohol, granos, legumbres, soya y productos lácteos.
– Enfocada en alimentos integrales como carne, pescado, frutas y verduras.
- **Dieta Flexitariana**:
– Principalmente vegetariana, pero permite el consumo ocasional de carne y pescado.
– Enfatiza frutas, verduras, granos enteros y proteínas de origen vegetal.
- **Ayuno Intermitente** Muy promocionada en redes sociales y cada día con más seguidores:
– Patrones de alimentación que alternan entre periodos de ayuno y alimentación.
– Variantes incluyen 16/8 (ayunar 16 horas y comer durante 8 horas), 5:2 (comer normalmente 5 días y restringir calorías 2 días).
No podemos dejar pasar que aproximadamente el 30% de las personas que buscan ayuda para perder peso pueden desarrollar algún tipo de trastorno de la conducta alimentaria, como la anorexia o la bulimia, según la *Academy of Eating Disorders*. Esto resalta la importancia de abordar la pérdida de peso de manera equilibrada y saludable siempre bajo supervisión médica o de especialistas de la nutrición y nunca por modas de las redes sociales.
La investigación en *Frontiers in Psychology* sugiere que una dieta rica en antioxidantes, vitaminas y ácidos grasos omega-3 puede mejorar la función cognitiva y proteger contra el deterioro cognitivo en la vejez. Las dietas pobres en estos nutrientes están asociadas con un mayor riesgo de deterioro cognitivo y enfermedades neurodegenerativas
Para una pérdida de peso saludable y sostenible, los expertos recomiendan adoptar una dieta equilibrada y variada, junto con ejercicio regular y cambios en el estilo de vida que puedan mantenerse a largo plazo. “Las obsesiones “sobre nuestro cuerpo no son buenas para nuestra mente y no podemos olvidar “qué somos los que comemos”
Un día, su amigo lo sorprendió comiendo una enorme pizza. Al preguntarle por qué estaba rompiendo su dieta, el hombre respondió: “Bueno, en la dieta dice que si comes algo y nadie te ve, no cuenta”. Ambos se rieron, y el amigo le dijo: “¡En ese caso, me quedaré aquí para asegurarme de que todo lo que comes cuenta!” Esta historia ilustra cómo a veces buscamos excusas para saltarnos las reglas de la dieta, pero al final, la honestidad (y un buen amigo) nos ayuda a mantenernos en el camino correcto.
_ ¡Nos tenemos que querer, nos tenemos que cuidar con “nuestras rotondas o nuestros michelines” _! Pero siempre bajo control de un especialista y nunca dejarte llevar por influencer, modas o dietas milagro. “Vida solo tenemos una”.