Hoy en día, hablar de comercio exterior pasa necesariamente por hablar de la soberanía tecnológica. Más que nunca, la capacidad de un país para exportar valor en forma de tecnología, innovación y conocimiento depende de su independencia y liderazgo en sectores estratégicos. La soberanía tecnológica no solo trata de independencia o seguridad nacional; representa la capacidad de liderar, innovar y generar impacto social en un mundo donde la tecnología es el motor del desarrollo económico. Para España y Europa, alcanzar la soberanía tecnológica es un desafío colectivo nada sencillo, que abarca desde la propiedad industrial hasta alianzas estratégicas en sectores como la inteligencia artificial, la biotecnología y las energías limpias. Este enfoque no solo permite una menor dependencia de tecnología extranjera, sino que también fortalece la posición de España en el comercio exterior, ayudando a que el país no solo consuma tecnología, sino que la exporte y se beneficie de ella en los mercados internacionales.
La Soberanía Tecnológica: Un Pilar para la Competitividad de España
La reciente pandemia y las tensiones geopolíticas han puesto de manifiesto la vulnerabilidad de las economías que dependen de terceros para sus necesidades tecnológicas. La COVID-19 mostró la fragilidad de las cadenas de suministro globales, y los conflictos actuales han reforzado la urgencia de contar con una base tecnológica sólida que permita a los países mantener su independencia.
España hoy tiene la oportunidad de ser un actor clave en la economía digital. La propiedad industrial y la protección de la innovación son por tanto elementos estratégicos para retener el valor de nuestras creaciones, evitando que otros países se beneficien de nuestras innovaciones sin retorno económico ni control sobre su desarrollo. Como señala el reciente informe “Soberanía tecnológica: El papel estratégico de la Propiedad Industrial e Intelectual” de Pons IP y la Fundación Cotec, sin propiedad intelectual, cualquier avance queda expuesto, limitando el crecimiento y la competitividad de nuestras empresas en el comercio exterior.
Innovación Colectiva para Impacto Social y Competitividad Internacional
Debemos tener muy en cuenta que para alcanzar la soberanía tecnológica, España necesita la colaboración de todos: el sector privado, el público, las universidades y la ciudadanía. En lugar de depender exclusivamente de tecnología importada, España debe generar y proteger sus innovaciones para exportarlas de manera competitiva. Este enfoque reduce la dependencia externa y podría posicionarnos como líderes, fortaleciendo así nuestro comercio exterior y también un valor sostenible en el mercado global.
Ejemplos de esta innovación colaborativa ya están en marcha en sectores como la inteligencia artificial y la biotecnología. Trabajar intensamente para consolidar nuestro ecosistema nacional de innovación permitirá que nuestras empresas, especialmente las pymes, puedan plantearse competir en igualdad de condiciones en el exterior, aumentando su capacidad de exportación y generando empleo de alta cualificación.
Propiedad Industrial: Retener Valor y Potenciar el Comercio Exterior
El mencionado informe de Pons IP y la Fundación Cotec resalta la importancia de la propiedad industrial para fortalecer la soberanía tecnológica y la competitividad en el comercio exterior. Pues la protección de las innovaciones garantiza que los desarrollos tecnológicos de España generen valor dentro del país y también sean activos estratégicos en el mercado internacional. Con patentes y derechos de propiedad intelectual, las empresas españolas pueden posicionarse como líderes en sectores clave y establecer relaciones comerciales desde una posición de fuerza.
El informe sugiere un interesante modelo de propiedad compartida entre el sector público y privado, que permitiría una transferencia de tecnología más fluida. Este enfoque facilitaría la internacionalización de nuestras empresas y su acceso a mercados globales, fortaleciendo la posición de España en el comercio exterior. Además, atraería inversiones internacionales al demostrar que el país cuenta con un entorno seguro y atractivo para el desarrollo de nuevas tecnologías.
Andalucía: Comunidad de Innovación
Andalucía se perfila como un nodo estratégico para impulsar la soberanía tecnológica en sectores de alto valor añadido, como el aeroespacial y la defensa, a través de una red de alianzas y proyectos innovadores que fortalecen la capacidad de la región para competir globalmente. La visión de Andalucía hoy va más allá de desarrollar tecnologías avanzadas: busca crear una comunidad integrada y activa donde empresas, centros de investigación y entidades públicas colaboren, generando un entorno fértil para la innovación colectiva.
Con infraestructuras de primer nivel, como el Centro de Ensayos para Sistemas no Tripulados (CEUS) en Moguer, Huelva, Andalucía ha comenzado a posicionarse a nivel internacional en el desarrollo de sistemas autónomos y tecnologías de inteligencia artificial. Este centro, junto con proyectos como el Centro Tecnológico de Desarrollo y Experimentación (CETEDEX) en Jaén y la Base Logística del Ejército de Tierra (BLET) en Córdoba, forman una red estratégica que ofrece oportunidades de colaboración en I+D. Iniciativas que no solo amplían las capacidades tecnológicas de la región, sino que también permiten una sinergia única entre innovación y aplicación práctica.
La región busca fortalecer su capacidad innovadora a través de una estrategia de cooperación en la que cada agente aporte valor. Desde el ámbito universitario hasta el sector empresarial, el objetivo es consolidar a Andalucía como un referente en innovación aplicada, potenciando la generación de riqueza y empleo de alta cualificación. Andalucía puede ser un ejemplo de cómo una comunidad puede unir sus capacidades para contribuir a la soberanía tecnológica del país.
Comercio Exterior: Futuro de la Exportación Tecnológica Española
La soberanía tecnológica abre la puerta a una nueva era de exportaciones para España. Tradicionalmente, el país ha sido un fuerte exportador en sectores como la automoción y la agricultura, pero ahora se enfrenta al desafío de competir en sectores de tecnología avanzada. Alcanzar esta competitividad requiere una inversión decidida en I+D+I, que actualmente representa solo el 1,44 % del PIB español, frente al 3 % en otros países europeos.
El impulso a la tecnología y la protección de la propiedad intelectual son esenciales para que las empresas españolas puedan competir en mercados internacionales. Sectores como la microelectrónica, la IA y la biotecnología presentan oportunidades para la exportación, y una estrategia de protección y promoción de la PI facilitará el acceso de nuestras empresas a estos mercados. Además, el compromiso con la tecnología verde y sostenible también pueden mejorar la posición de España en el comercio exterior.
Reflexión Final: Un Proyecto Colectivo para el Futuro
La soberanía tecnológica es un proyecto de país, un desafío transversal que implica la colaboración de todos los sectores y una visión compartida de futuro. En un mundo donde la tecnología determina el bienestar y la competitividad de las naciones, España no puede limitarse a consumir tecnología; debe crearla, protegerla y exportarla. Apostar por la soberanía tecnológica significa apostar por el liderazgo, la innovación y el impacto social, construyendo una economía que beneficie a todos y sitúe a España como un referente en el escenario global.
Para que este proyecto sea exitoso, la propiedad industrial y la colaboración entre el sector público y privado son esenciales. Fortalecer nuestras capacidades tecnológicas y garantizar su protección permitirá que España compita en igualdad de condiciones en comercio exterior, exportando no solo productos, sino también valor y conocimiento.