La isla de Tenerife está a la deriva, pérdida, fuera del contexto global de nuestra Comunidad Autónoma. Lejos del dinamismo económico y social del resto de Canarias. Esta evolución negativa, no se ha producido repentinamente, viene desde hace décadas, fruto de unos irresponsables públicos, que se han caracterizado y también actualmente, por la dejadez y sobre todo, la falta de eficiencia operativa, para sacar adelante las infraestructuras que Tenerife demanda desde hace tantos años y que por su falta de realización, ha producido una parálisis casi total.
Unos pensaban que era su finca particular, que siempre estarían en el gobierno, no la cuidaron suficientemente, con cariño y atención, ocupándose más en buscar réditos electorales en Gran Canaria, donde si propiciaron la ejecución de todos aquellos equipamientos que dicha isla solicitaba, allí rápidamente salía todo, sin problemas, sin aparecer noistas por ningún lado y menos escarabajos, con una sorprendente, eficaz y rápida administración pública, nunca vista, ni disfrutada por estos lares. Ahora gobiernan otros y todo sigue igual, porque la gobernanza de la cosa pública sigue tan empantanada como antes, es decir, en un encefalograma plano. Muchos políticos de Tenerife se parecen a la orquesta del Titanic, que mientras la isla se hunde, ellos sólo se preocupan de mantener sus prebendas, cargos, sueldos y dietas. Veníamos sufriendo, desde hace tiempo, una falta de liderazgo evidente, que está profundizándose preocupantemente, al no contar con ningún referente que la dirija, dignifique y engrandezca.
Estamos asistiendo perplejos, a un estudiado plan para debilitar el Puerto de Tenerife, en beneficio del Puerto de Las Palmas. Se acuerdan de aquella acertada frase de que “el puerto es lo primero”, pues atentos, que el de Tenerife lo quieren descafeinar, es cuestión de tiempo, lo veremos. El Gobierno Autónomo no quiere la regasificadora en Granadilla, poniendo pegas, dejando caducar expedientes, oponiéndose frontalmente. Sus argumentos parecen convincentes, hasta que uno se da cuenta, que sólo valen para bloquear lo que hay que hacer en Tenerife, en cambio, no se utilizan en Gran Canaria, donde todo vale. Allí está en marcha la regasificadora, con el apoyo absoluto y entusiasta del mismo Gobierno de Canarias que la rechaza en nuestra isla, con lo cual, el Puerto de la Luz, se convertirá en el puerto de referencia en el Atlántico medio, para todo el tráfico marítimo a partir del año 2024, quedando los puertos de Santa Cruz de Tenerife y Granadilla, como meros subsidiarios y dependientes del grancanario. Es decir, que pasaríamos a la categoría de isla menor.