El eslogan «Tolerancia cero» se hizo famoso a partir de un artículo publicado en marzo de 1982 titulado «Las ventanas rotas», en la revista de Boston The Atlantic Montly. Sus dos autores James Wilson y Georges Kelling exponían, con dos breves ejemplos, la teoría que se esconde detrás de la frase Tolerancia cero:
«Ves un edificio con una ventana rota. Si la ventana no se arregla, los vándalos tenderán a romper unas cuantas ventanas más».
«O ves una acera con un pequeño montón de basura. Si nadie la recoge, la gente comienza a depositar allí más bolsas de basura».
Lo que se desprende de esta reflexión es que es necesario acciones inmediatas para cortar de raíz, siempre con actuaciones enmarcadas dentro de la legalidad vigente, aquellos actos que den pie a que se institucionalice una situación incívica y/o vandalismo
Con el paso de los años, el eslogan ”Tolerancia cero” se fue aplicando a diversos campos, tales como el consumo de ciertas sustancias al volante, la seguridad de los alimentos, la lucha contra la violencia, la desigualdad, la defensa de los derechos humanos y ¿por qué no? al maltrato y olvido al que está sometido el Campo de Gibraltar en materia de transporte y logística.
No es mi intención, en este artículo de opinión, ser intolerante con la intolerancia o descalificar una postura por el mero hecho de no compartirla. Adoptar esta actitud sería entrar en un círculo vicioso que nada aportaría al debate. Por el contrario, lo que pretendo es construir una opinión con una base documental que mire siempre desde la óptica de los derechos y las garantías fundamentales, que deben ser los pilares de toda política a desarrollar en un estado democrático y que no se está llevando a cabo con los casi 300.000 campoglibraltareños.
El maltrato y la indiferencia con la que se ha tratado a esta Comarca tanto en infraestructuras de transportes y servicios es el denominador común de todos los gobiernos desde tiempos inmemoriales.
La unión de la red ferroviaria que une Algeciras con Bobadilla es consecuencia del frustrado intento de unos comerciantes ingleses que en 1875 iniciaron las gestiones para intentar construir una línea ferroviaria que uniese el Campo de Gibraltar con la línea general de Sevilla a Cádiz en las proximidades de Jerez. En 1878 no fue tomada en consideración la proposición de ley autorizando el proyecto presentada al Congreso y, un año más tarde, aprobaron el cambio de trazado del ferrocarril de Cádiz a Campamento, que estaba autorizado desde 1873, pero que carecía de actividad por falta de inversores.
Este cambio de tazado de Cádiz a Campamento por uno nuevo entre Jerez y Algeciras que pasaría por San Roque, Jimena, Algar y Arcos de la Frontera, vendría a favorecer la explotación y posterior comercialización de la riqueza agrícola, forestal y minera existente en la zona del nuevo trazado. Para poder llevar a cabo este proyecto en 1880 se constituiría la Compañía del Ferrocarril Algeciras-Gibraltar, pero una vez agotado el capital de la sociedad en las obras realizadas entre Algeciras y Jimena, unido a las demoras en las subvenciones que estaban previstas, hizo que los promotores del proyecto tuvieran que desistir la construcción de la vía a Jerez y optasen por la de Ronda que uniría a Algeciras con dicha ciudad y Bobadilla.
De aquellos polvos vienen estos lodos. Hasta el punto que la Comisión Europea abroncó al Gobierno de España por su lentitud, inoperancia y/o desidia en la electrificación y modernización del tramo ferroviario entre Algeciras y Bobadilla, que está integrado dentro de los corredores prioritarios del Mediterráneo y del Atlántico de la Red Transeuropea de Transporte.
Que nunca nos duela la boca de poner en valor nuestras bondades. El Campo de Gibraltar acoge el puerto con más tráficos de España, pero a diferencia de Barcelona o Valencia, su salida ferroviaria se limita a un antiguo trazado falto de electrificación y con amplios retrasos en su renovación. ¿Alguien se imagina que los catalanes o valencianos tuviesen en su territorio al principal puerto de toda España y el cuarto de Europa y no pudiesen sacar sus mercancías por ferrocarril?
La línea ferroviaria del Puerto de Algeciras es una vía única de más de 170 kilómetros sin electrificar, que acumula innumerables retrasos desde su anuncio hace 20 años en 2004 y aun así, el pasado año, la Coordinadora europea del Corredor Mediterráneo, Iveta Radicoba, vino a España para reprocharnos que el impulso no depende de la Comisión Europea y que la pelota está en el tejado del Gobierno español y que por favor, tomen ya una decisión pues estamos hablando de la salida del Corredor Mediterráneo hasta llegar a la frontera con Ucrania, y se necesita imperiosamente acelerar la dinámica de la conexión ferroviaria entre los principales puertos europeos con los continentes vecinos para crear un economía verdaderamente competitiva.
Tolerancia cero, años y décadas de retraso y castigo con esta Comarca. Años y décadas de olvido en los que todos dicen estar de acuerdo en la imperiosa necesidad de esta línea férrea que cambiaría la realidad socioeconómica del Campo de Gibraltar pasando a ser una región próspera y con tasas de empleo mejores a las de la media andaluza.
En mis años de experiencia en la política local y regional en la que fui la responsable territorial de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo en la provincia de Cádiz, entre muchas otras cosas, aprendí de la importancia de contar con una persona que conozca de primera mano los problemas de una zona y que esté sentada dónde realmente se hace política en mayúsculas para que pueda entender la idiosincrasia y dar solución a las demandas de nuestra Comarca. En España, en la época constitucional, desde 1978 hemos tenido 15 legislaturas con 7 presidentes del gobierno que han nombrado a más de 220 ministros, y en la Junta de Andalucía hemos tenido 5 presidentes que han nombrado a cerca de 250 consejeros. Todas los ministros de España y consejeros de la Junta de Andalucía tienen un denominador común, y es que nunca hubo nadie del Campo de Gibraltar, por lo que no hay nadie que conozca y haya sufrido en primera persona la necesidad de, aparte de la Algeciras-Bobadilla, la imperiosa necesidad de la variante exterior de la A7 desde la zona sur de Algeciras hasta la A381 a la altura de Los Barrios, el desdoble de la N340 para evitar el embudo y las interminables colas que se forman, retomar los dos anteproyecto de la Junta de Andalucía (1999 y 2010) del puente sobre el rio Guadarranque para facilitar el trayecto entre Los Barrios y San Roque, etc… proyectos que cambiarían la realidad económica de la provincia y por ende de la Comarca o al revés, el orden de los factores no altera el producto.
Indiscutiblemente, no se puede hablar de logística en España sin hablar de la conexión Algeciras – Bodabilla.
La principal diferencia entre territorios ricos y pobres es la productividad. Ese factor en la Comarca de El Campo de Gibraltar está demostrado cuantitativa y cualitativamente. Definitivamente, salvado este: Los territorios son ricos o pobres en función de dónde se invierte.