06/09/2024

Un mundo más verde es un mundo más digital
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La necesidad de contar con un mundo más sostenible es, hoy en día, una realidad imperante para todos. Vivir en un mundo más verde, en un mundo más sano, se […]

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La necesidad de contar con un mundo más sostenible es, hoy en día, una realidad imperante para todos. Vivir en un mundo más verde, en un mundo más sano, se traduce en una mejora de la calidad de vida de los seres humanos. En Europa ya se está aplicando esta doctrina en el tejido empresarial, y se está haciendo en un mercado completamente desigual, donde los controles de calidad y la rentabilidad de los productos está completamente polarizada, por lo que pide a gritos que las administraciones deberían pelear porque la sostenibilidad sea un plus, no un lastre económico.

Regularlo como autonomía, como país y como continente de forma de que no hubiera competencia desleal en este sentido, ya que nuestros productos son menos rentables por ese adn de sostenibilidad. Desde las administraciones se debería pelear.

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Por otra parte, muchos pueden plantearse esta revolución verde como una vuelta al pasado, donde impere el comercio de proximidad y la ruralización de la sociedad. Sin embargo, la solución a la implantación de la sostenibilidad en el mundo es, sin lugar a duda, un paso adelante. La tecnología, la digitalización, la ingeniería son elementos cruciales para conseguir el desarrollo y la implementación de soluciones que promuevan un equilibrio entre el progreso económico, la protección del medio ambiente y el bienestar social.

En nuestra región, donde el sector primario es uno de nuestros principales motores económicos, y donde los recursos naturales son elementos cruciales para el mantenimiento de otros sectores, como el turístico y el energético, la implantación de la sostenibilidad cobra especial relevancia.

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Andalucía es una de las regiones agrícolas más importantes de España. De hecho, el sector agroalimentario andaluz emplea a 489.898 personas, el 16% del empleo total andaluz y el 21,8% del empleo total agroalimentario en España. Estas cifras confirman que debemos defender el verde de nuestra tierra, un verde que, además, llevamos por bandera.

La ingeniería es esencial para el desarrollo de prácticas agrícolas sostenibles capaces de lograr el equilibrio medioambiental. La implementación de sistemas de riego eficientes, como la microirrigación, incorporación de sensores y tecnologías IoT permite una gestión precisa y en tiempo real del uso del agua y de las condiciones climáticas.

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El agua, precisamente, merece un punto y aparte en la gestión de la sostenibilidad. Las épocas de sequía se han convertido ya en una situación habitual en el sur de nuestro país. Una situación con la que tenemos que convivir y que debemos aprender a gestionar. La implantación de medidas tecnológica que cuantifiquen el gasto de agua y determine la cantidad o el momento adecuado para el riego son un proceso que se está implantando en la mayoría de nuestras empresas agrícolas.

Hace unas semanas, EMASESA presentó su ’embalse digital’. Un proyecto innovador basado en la digitalización que permitirá ahorrar un 20% de agua. Gracias a contadores “inteligentes”, la empresa de aguas pasará de una lectura cada tres meses a contar con cinco millones de datos al día que será procesados mediante una plataforma de Inteligencia Artificial. Contar con datos, con información, son la clave para tomar decisiones acertadas y poder solventar de manera eficiente cualquier error y, todo ello, lo permite la tecnología. A este proyecto aún le queda por ejecutar su segunda parte, un centro de gestión inteligente del agua para su potabilización y otro centrado en la depuración que serán financiados en la segunda convocatoria del Perte II.

Si Sevilla tiene un embalse digital, Málaga dispone del centro Dinapsis en la Costa del Sol, un centro de control operativo, donde se integran tecnologías disruptivas, como el internet de las cosas, los gemelos digitales o el machine learning, en una suit de servicios digitales gestionadas por equipos especializados. Gracias a su puesta en marcha, Marbella se ha reducido en tres años el gasto de más de 1,3 hm3 de agua, unas 500 piscinas.

También en Málaga se está desarrollando la implantación de una desaladora energéticamente autosuficiente por el Instituto de Domótica y Eficiencia Energética de la Universidad de Málaga que cuenta con más de 100 millones de euros de inversión, 0,20€ el metro cúbico. La clave del proyecto se sitúa en que el agua que genere la desaladora se canalizará y se verterá a la presa de la Viñuela para alimentar el pantano, pero, además, la desaladora obtendrá la energía que precise a través de placas fotovoltaicas haciendo a la presa autosuficiente o, incluso, creando un excedente energético que se puede verter a la red.

El sol andaluz, ese que atrae a visitantes de todo el mundo a nuestra tierra, es también uno de nuestros motores verdes. Podemos decir con orgullo que Andalucía es líder en energía solar, y lo somos también, en buena medida, por los grandes profesionales de la ingeniería que hablan con acento del sur. Gracias a ellos son realidad proyectos tan interesantes como la planta solar de Gemasolar en Sevilla, la primera en el mundo capaz de producir energía durante 24 horas consecutivas gracias a su sistema de almacenamiento de energía térmica. Los ingenieros técnicos industriales han sido clave en la optimización de su diseño y operación, asegurando una producción energética eficiente y sostenible.

El potencial eólico de Andalucía también es significativo. De hecho, Iberdrola cuenta con 29 parques eólicos en nuestra región ofreciendo 908 MW de potencia instalada capaces de beneficiar a miles de hogares. Para la multinacional, Huelva destaca como la provincia con mayor producción de energía eólica de España con 291 MW de potencia instalada repartida en, nada menos, que ocho parques eólicos.

La construcción de infraestructuras sostenibles es otro ámbito donde la ingeniería tiene un impacto significativo. Mis compañeros trabajan en el desarrollo de edificios y estructuras que utilizan materiales reciclados, técnicas de construcción ecológicas y diseños que maximicen la eficiencia energética. En ciudades como Málaga y Sevilla, se están implementando proyectos de construcción sostenible que incluyen el uso de paneles solares, sistemas de reciclaje de aguas grises y la incorporación de espacios verdes en el diseño urbano. Estas iniciativas no solo reducen la huella ecológica de las construcciones, sino que también mejoran la calidad de vida de los habitantes.

El Centro Andalucía Tech Escuela Politécnica Superior (CATEPS) de la Universidad de Sevilla es una gran muestra de ello. La nueva sede de la EPS, ubicada en el PCT Cartuja cuenta con un sistema de abastecimiento energético alimentado con fuentes renovables a través de una instalación de autoconsumo con sistemas fotovoltaicos, eólicos y almacenamiento. Este edificio ha sido galardonado recientemente por eCitySevilla, una iniciativa que promueve la descarbonización de la Cartuja, para que, en 2015, el mayor parque tecnológico de Andalucía sea 100% renovable, eléctrico y autosuficiente. De hecho, desde el 1 de julio, el PCT Cartuja es ya una zona de baja emisiones a la que solo pueden acceder vehículos que disponen de la calificación energética “0 EMISIONES”, “ECO”, “C” o “B”.

El desarrollo de sistemas de transporte sostenible es un área de enfoque para los ingenieros técnicos industriales. La mejora de la eficiencia de los vehículos eléctricos y la implementación de infraestructuras de recarga en toda Andalucía son esenciales para reducir las emisiones de carbono y promover el desarrollo de nuestra región. Adif, Iberdrola, Wenea, son algunas de las empresas que están colmando de puntos de recarga el mapa andaluz. Un mapa en el que el vehículo eléctrico está cada día más presente y que ha conquistado áreas como las de proximidad y última milla gracias a empresas sevillanas como Scoobic.

La gestión de residuos es otro ámbito donde la ingeniería técnica industrial tiene un impacto significativo. La transición hacia una economía circular, en la que los residuos se minimizan y los recursos se reutilizan depende en gran parte de nuestros profesionales. el Parque Tecnológico de Reciclaje en Almería o la planta de tratamiento de residuos sólidos urbanos de Jerez no solo contribuyen a la reducción de la contaminación, sino que también generan empleo y promueven el desarrollo económico sostenible.

En una región tan diversa y rica en recursos como Andalucía, la aplicación de conocimientos técnicos y científicos es vital para enfrentar los desafíos de la sostenibilidad. La colaboración entre ingenieros, instituciones educativas, empresas y ayuntamientos es fundamental para lograr un desarrollo que sea respetuoso con el medio ambiente y beneficioso para la sociedad en su conjunto.

La ingeniería técnica industrial, con su capacidad para integrar tecnología y sostenibilidad, seguirá siendo un motor de cambio positivo, ayudando a Andalucía a liderar el camino hacia un futuro más verde y sostenible.

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